La limpieza y los turistas en Entrepeñas

15/09/2013 - 00:00 Redacción

 
Lejos quedan aquellas versiones ilusionantes de que los pantanos se convertirían en la panacea del desarrollo turístico y por ende del económico de los pueblos ribereños. Durante años el escaso caudal que atesora la zona debido a los continuos trasvases ha provocado que poco a poco se esfumase parte de un sueño que solo unos pocos han conseguido medio convertir en realidad. Lo que hace unos años era conocido como el Mar de Castilla, es cada verano un poco más escaso debido al sistema que regula el trasvase Tajo-Segura, el mismo que en Murcia reclaman como agua de mayo para su desarrollo, pero que aquí ha acabado asociado a la falta de progreso. El auge de la oferta recreativa, se ha dado sobre todo en el embalse de Entrepeñas, que se abre a los pies de Sacedón. Allí las ruinas dejan paso a multicolores embarcaciones y potentes motoras donde madrileños, en su mayoría, acuden cada fin de semana para disfrutar de los deportes náuticos. Una actividad que durante décadas ha supuesto el florecimiento de múltiples negocios de alquiler y reparación de embarcaciones, motos náuticas,... y que hacen que este pueblo de 1.700 habitantes cuadruplique su población en verano. Sin embargo, no todo es positivo.
 
  La afluencia de turistas ha generado este verano un problema añadido como es el incremento de basuras en el entorno. No es nada nuevo, quizá por ello los vecinos e incluso los alcaldes de los pueblos de la zona muestran su hartazgo. La Confederación Hidrográfica del Tajo parece hacer oídos sordos a esta reivindicación y los alcaldes aseguran que no pueden atacar el problema pues la limpieza de los terrenos no es de su competencia. Como diría el dicho popular unos por otros, la casa sin barrer. Y es que, aunque hay que apelar a la conciencia cívica de aquellos que disfrutan del paraje en verano, también hay que reconocer que la falta de contenedores hace difícil mantener limpio el entorno cuando se multiplican los turistas.