La mentira tapa intereses y carencias, pero la verdad triunfa
03/03/2011 - 00:00
Los avances científicos son lentos pero no se detienen. Cuando llegan a la sociedad, como un torrente, se llevan las mentiras y derriban muros. La verdad libera de los miedos de unos y de los intereses de otros. Se abre paso entre las emociones y como la luz, triunfa.
Llevamos muchas guerras, y demasiadas muertes de inocentes que gritan. En un mundo que se enfrenta a grandes cambios, se despierta la sociedad. Como decía Anna Lindh, ministra de exteriores sueca, recordando a Olof Palme: una persona puede ser asesinada, pero las ideas, no. Ellas vivirán a través de nosotros.
Ella misma murió asesinada en 2003. Pero su grito sigue vivo en el mundo.
La sociedad civil, aquí y en todas partes, a pesar del terrorismo o de la represión estatal, proclama el derecho de todo ser humano a la vida, la libertad y la paz. No necesita siquiera estar organizada en partidos, porque conecta con el núcleo del ser humano. Se engañan quienes circunscriben el despertar a ciertos lugares, razas o creencias. Surge, arrolladora la neutralidad activa que quiere tomar en sus manos las riendas de su vida; no quiere más engaños; que no le hurten su parte en los debates fundamentales. Se necesitan líderes.
Se aguanta, hasta interiorizar y tomar conciencia de la miseria, del mal, la corrupción; y también aguanta hasta que toma conciencia de su propia valía, su autoestima y su poder. Cuando esta enérgica conciencia se generaliza, se llevan por delante los muros de represión, ideológicos, económicos, culturales o religiosos.
Cuanto más absurda e impunemente se conculcan sus legítimos derechos, la sociedad se alza. La voz del inocente puede hacer temblar gobiernos.
Entre todos los caídos de las guerras del último siglo, no llegan a igualar las bajas por abortos. Éstos, amparados en la ignorancia de unos y el interés de otros, se han multiplicado. Desde la década de los 70, los avances científicos y tecnológicos han mejorado las expectativas de vida. También han permitido conocer mejor embarazo y la vida fetal. La ignorancia no es la misma. Gracias a esos avances se puede ver la vida emergente, con una cámara o un monitor. Algunos abortistas, al verlo han reconocido la barbaridad de lo que estaban haciendo y se volvieron defensores de la vida. La sociedad civil, a través de los grupos pro-vida se había movilizado para que se tomara conciencia del genocidio que, amparado en las leyes injustas e inhumanas, se estaba perpetrando. Los mismos abortistas reconocen su labor.Los oponentes al aborto usan argumentos cada vez más elaborados. Se centran en los avances en medicina fetal, señalan el derecho de los padres a tener algo que decir sobre la salud de sus hijas menores, unen la oposición al aborto con la oposición a la guerra y la pena de muerte, no buscan hacer el aborto ilegal, sino hacerlo cada vez menos accesible... y han conseguido cambiar la opinión pública hacia su lado. Ante el avance de la tecnología, son los mismos líderes abortistas quienes alertan de que no se puede seguir mintiendo. Frances Kissling, líder abortista y furibunda anticatólica, exportadora del aborto a Latinoamérica, reconoce que el feto ya no es Invisible. En un artículo publicado el 18 febrero en el Washington Post afirma que el movimiento social pro-vida está ganando la batalla cultural, con argumentos muy potentes. Es más la estrategia pro-abortista ha quedado anticuada.
La tecnología y la ciencia han descubierto el engaño. Hoy en EEUU, y en cualquier país, todo el mundo ha visto ecografías, y los menores de 18 años incluso tienen sus propias fotos de sus propias ecografías. Están en fotos en la primera página del álbum familiar. Con las ecografías en 3-D y 4-D (con movimiento, sonido, profundidad, y posibilidad de incluso sacar un muñequito a partir de la imagen). Y en algunos casos la gente ha tenido conocimiento de abortos por nacimiento parcial. Gracias a Internet y a You toube, cualquiera puede contemplar un aborto directo tal como lo describe El Grito del silencio, del Dr. Nathanson. No se puede seguir ocultando la realidad.
El feto humano es visible y audible. La exposición permanente de CIDEVIDA en Tordesillas, impacta a la juventud.
Por lo mismo, no se puede seguir manteniendo el argumento de hace 40 años de que el feto es una bola de tejidos más o menos grande. El feto pueden verse; puede oírse su corazón; y se le ve moverse, rebelarse y gritar en silencio cuando va a ser eliminado.
El gran argumento pro abortista de la decisión de la mujer, no puede seguir ignorando al feto. Puede que no tenga derecho a la vida, y su valor puede que no sea igual al de la embarazada, pero acabar con la vida de un feto no es un evento moralmente insignificante.
Entonces para Kissling se impone un cambio de estrategia: cambiar de mentira. ¿Por una verdad? ¡No! Por otra mentira. Los abortistas deberían renunciar completamente al aborto libre en cualquier momento, para centrarse en los abortos tempranos.
Rechazar los abortos tardíos, salvo casos excepcionales (puerta abierta), aceptar que los padres tienen algo que decir sobre el embarazo de su hija, y aliarse con el Estado para que subvencione el aborto. La verdad puede acabar con el negocio de los abortistas y sus clínicas. Por eso el cambio hacia los abortos de embarazos tempranos. Pero ¡cuidado!, hay otro peligro: ¡la píldora! En España, la Asociación de Clínicas Acreditadas para la Interrupción del Embarazo acaba de presentar un estudio en el que afirma que el 90% de las mujeres rechaza la píldora abortiva. ¡Otra mentira! Según lo que dicen las farmacias. Ahora, algunas clínicas incluso han rebajado los precios, para no verse arrinconadas por esa píldora que ellas mismas ayudaron a legalizar y distribuir sin receta médica.
Es posible que vayamos hacia esa nueva etapa abortista. Los políticos en USA están aprobando leyes cada vez más restrictivas. ¿Lo tendrán en cuenta nuestros políticos? En todo caso, la ciencia no se detendrá. Y mientras, habrá que responder a esta pregunta, los abortos tempranos ¿dejan de ser abortos? ¿Quién responde de tanta barbarie y tanto genocidio? La sociedad se ha dado cuenta que ya la han mentido una vez. ¡Ojalá no callen las voces pro-vida! ¿Aceptará la sociedad un nuevo engaño? ¿O esperará a sufrir las consecuencias en su propia carne? En todo caso transcribo, un fragmento de la conversación de un médico abortista brasileño en una emisora de Rio: sólo paré cuando Dios en su sabiduría infinita, rasgó mi conciencia e hizo sangrar a mi corazón con la misma sangre de todos los inocentes que no dejé nacer. Mi hija menor, Leticia, dejó de respirar por una infección generalizada luego de haberse sometido a un aborto. Ella, de 23 años de edad, salió embarazada y buscó el mismo camino de tantas otras que me fueron a buscar: el camino del aborto. Y sólo supe de esto cuando ya nada se podía hacer.
Si en vas a abortar a tu hijo, no vayas a más de 110, ni fumes en los alrededores de la clínica. En España multan por eso, no por acabar con la vida de tu hijo.