La nueva imagen de los jóvenes

27/08/2013 - 00:00 Redacción

 
Guadalajara ha dejado de ser una provincia meramente envejecida. Si bien es cierto que muchos municipios han visto como durante décadas la juventud emigraba para buscarse la vida, en las últimas décadas, la tendencia se invertía de forma proporcional al atractivo que emanaba un Corredor del Henares que ofrecía oportunidades de trabajo y vivienda a un precio más asequible que la Comunidad de Madrid. Muchos han sido los matrimonios jóvenes que se han asentados en municipios como Azuqueca, Cabanillas, Alovera e incluso en la capital. Es precisamente este atractivo lo que ha hecho que la ciudad pueda presumir, en estos momentos, de contar con una población joven. Según los datos estadísticos, la población de entre 15 y 29 años de edad se sitúa en la capital por encima de la media nacional. Mientras que en España, la media es del 15,6 por ciento, en Guadalajara el porcentaje se eleva al 18,2 por ciento. Sin embargo, no corren buenos tiempos para un colectivo que sufre especialmente la crisis económica. Solo dos de cada diez jóvenes han podido emanciparse, según un informe del Consejo de la Juventud de España, que refleja las dificultades de la juventud para comprar una vivienda e incluso para alquilarla y destaca que cada vez los hijos abandonan más tarde el hogar familiar. No en vano, es este colectivo el que más difícil tiene encontrar un trabajo, y por tanto no puede contar con una independencia económica. La crisis que venimos sufriendo y los recortes hacen que las condiciones en el trabajo sean cada vez más precarias y que el número de contrataciones haya descendido alarmantemente. Para muchos su única alternativa es la salida al extranjero. El futuro no es muy halagüeño y la fuga de cerebros está a la orden del día. Este panorama, sin embargo, ha hecho cambiar la imagen de una generación marcada por la sombra negativa de los ni-ni, que han sido desplazados por una inmensa masa de jóvenes preparados cuyos valores principales son la amistad y la familia. Algo bueno tenía que tener la crisis.