La obra y la palabra
04/10/2012 - 19:57
La obra y la palabra como medio para conocernos. Dos grandes sabido nos dejan unas bases para conocer a la persona. Uno, el más sabio, sin tener igual nos dice: por sus obras los conoceréis, el otro más terrenal, nos dice: déjale que hable para que yo le conozca. No está mal, pero solo en una pequeña parte, ya que para decir cosas hermosas no es necesario tener un alma hermosa, como ocurre con frecuencia, buenas palabras con malos y a veces con muy malos hechos. Así que eso de que le dejes hablar para conocerles, no garantiza ningún conocimiento completo de la persona.
Sin embargo, el más sabio, superior a todos los sabios juntos habla con el ejemplo, que lo entendemos mejor. No nos dice que escuchemos o no escuchemos a los grandes sabios de la palabra, sino más que escuchar vemos sus obras. Jesús, con sus obras nos dejó a los humanos unas bases para que no perezcan. No tienen caducidad porque tampoco tienen sustituciones por otras mejores que nos puedan servir como medio de progreso y entendimiento. ¿Quién antes que él nos advirtió que no hay otra forma mejor y más segura para conocer a la personas? ¿Quién antes que él nos advertía con su sentencia a muerte que los tribunales del pueblo no podrían hacer justicia, por falta de conocimiento para juzgar, ya que solo se rigen por envidias, odios, venganzas sin medir las consecuencias de los delitos que se les acusa? Y nos pone como ejemplo la sentencia de Pilatos lavándose las manos dejando al pueblo el delito. ¿Quién antes que él nos dice con la Torre Babel que la comunicación de idiomas - dialectos- y cuantas formas de entenderse usaban y se siguen usando, defendiendo algo, solo puede causar daño sin más provecho que enfrentamientos de unos contra otros, sin más fin que el dominio del beneficio?. El ser humano ha querido o no ha podido entender lo que con obras nos dejó Jesucristo para nuestro bien. Por más que personas como el médico polaco, quiso establecer una lengua para todos viendo el daño que hacían tantos dialectos como había y defendían, los fanáticos de los mismos en el siglo XXI, se siguen escuchando a charlatanes como gobernantes y a los defensores de sus dialectos que no sirven ni para ellos, así veo yo en el día que ha nacido mi bisnieta, Gabriela, que tanto queremos sus bisabuelos.
Sin embargo, el más sabio, superior a todos los sabios juntos habla con el ejemplo, que lo entendemos mejor. No nos dice que escuchemos o no escuchemos a los grandes sabios de la palabra, sino más que escuchar vemos sus obras. Jesús, con sus obras nos dejó a los humanos unas bases para que no perezcan. No tienen caducidad porque tampoco tienen sustituciones por otras mejores que nos puedan servir como medio de progreso y entendimiento. ¿Quién antes que él nos advirtió que no hay otra forma mejor y más segura para conocer a la personas? ¿Quién antes que él nos advertía con su sentencia a muerte que los tribunales del pueblo no podrían hacer justicia, por falta de conocimiento para juzgar, ya que solo se rigen por envidias, odios, venganzas sin medir las consecuencias de los delitos que se les acusa? Y nos pone como ejemplo la sentencia de Pilatos lavándose las manos dejando al pueblo el delito. ¿Quién antes que él nos dice con la Torre Babel que la comunicación de idiomas - dialectos- y cuantas formas de entenderse usaban y se siguen usando, defendiendo algo, solo puede causar daño sin más provecho que enfrentamientos de unos contra otros, sin más fin que el dominio del beneficio?. El ser humano ha querido o no ha podido entender lo que con obras nos dejó Jesucristo para nuestro bien. Por más que personas como el médico polaco, quiso establecer una lengua para todos viendo el daño que hacían tantos dialectos como había y defendían, los fanáticos de los mismos en el siglo XXI, se siguen escuchando a charlatanes como gobernantes y a los defensores de sus dialectos que no sirven ni para ellos, así veo yo en el día que ha nacido mi bisnieta, Gabriela, que tanto queremos sus bisabuelos.