La otra Guadalajara
En los tiempos de crecimiento económico se habló de una provincia de Guadalajara a dos velocidades, la capital y el corredor, con el motor revolucionado y acelerado, por una parte, y las zonas de la Sierra Norte y Molina, al ralentí, por la otra. La plataforma La Otra Guadalajara puso el acento en la necesidad de defender el medio rural, la fijación de población en los pequeños núcleos, la importancia de apoyar las iniciativas empresariales en estos lugares, la conveniencia de buscar maneras de promocionar el turismo en lugares de gran belleza paisajística y monumental. La crisis de los últimos años ha frenado las expectativas eufóricas de unos y los anhelos de otros, pero seguro que los buenos tiempos volverán. Hoy de lo que queríamos hablar es de la otra Guadalajara, esa que desde hace años, fruto de la creación de los barrios residenciales que empezaron por Aguas Vivas, está unida a la Guadalajara de toda la vida. El éxito de planificación municipal en los últimos tiempos está haciendo posible que ambas- en realidad solo hay una- hayan podido integrarse. Y es lo que nos apetece resaltar este viernes con motivo de la inauguración oficial del Centro Acuático de Guadalajara, unas amplias y modernas instalaciones para la práctica del deporte que se ubican cerca del Palacio Multiusos, el Centro de Nuevas Tecnologías y la Policía Local, infraestructuras que han servido para mejorar los servicios a los ciudadanos y hacer que todos los que vivimos en la zona centro vayamos con más frecuencia a Aguas Vivas, zona de expansión, de amplias avenidas, que ofrece a sus vecinos calidad de vida con todos los medios al alcance. Un paseo por allí nos deja una imagen, sobre todo, de amplitud, espacios verdes, orden urbanístico y lo necesario para vivir, como dos o tres pequeños centros comerciales, tiendas de barrio, oficinas de entidades financieras... una parroquia y hasta el Burguer King. Nada con identidad propia que permita distinguir si estamos en Getafe, Moratalaz, Vicalvaro o Guadalajara, pero que importa, para eso ya está la ciudad de siempre con su Infantado, su Panteón y la calle Mayor. Estos barrios son parte de nuestra capital y, sin embargo, para muchos, son sitios desconocidos. No sin cierta vergüenza reconozco desorientarme por sus rotondas, moverme como si estuviese en un lugar extraño. Merece la pena coger el autobús para recorrer estas zonas o quedar con cualquiera de los amigos que allí viven y hacer una visita.