La perdiz mareada
01/10/2010 - 09:45
Cartas al director
JOSÉ ANTONIO LÓPEZ-PALACIOS / Secretario de Organización de IU
Los empresarios que forman esa peculiar ONG que se llama CEOE se han ido de vacaciones: ¡¡Todos al monte!!, a ser felices y a comer perdices. Estuvieron reunidos con el Gobierno y los sindicatos dándole vueltas a dos ideas que, aunque nos puedan parecer mentira a los incautos espectadores de las atribuladas reuniones mantenidas, traslucen un trasfondo político de muy hondo calado. Y además tienen, a la pobre perdiz, no sólo mareada, sino enganchada a un montón de fármacos contra la depresión y la ansiedad.
La perdiz en este caso es el denominado despido libre, que por otro lado no figura como tal en ningún texto legal, pero que forma parte sin duda del ideario oculto de todos los actores que han participado en las negociaciones ahora suspendidas.
Con el ánimo de aclarar un poco las cosas (que ya me gustaría) traté de saber las diferentes modalidades de despido que existen en España, y me encontré con un galimatías para iniciados que, a la postre, me dejó la hipótesis de la que partía mucho más confusa que cuando no sabía nada.
En España se puede despedir a un trabajador por tantas cosas que lo que parecen querer los empresarios no es que el despido sea libre, que ya lo es, sino que sea gratis. Vamos que no les cueste ni un solo euro y sea rápido y sin tanta burocracia.
Hoy, las modalidades para despedir a los trabajadores completan un escenario en el que cabe casi todo: causas de fuerza mayor, despido colectivo, despido disciplinario, despido por causas objetivas, dimisión del trabajador, incumplimientos contractuales del empresario, el mutuo acuerdo, las causas establecidas en el contrato, la terminación de la duración pactada o la realización de la obra o servicio objeto del contrato, la muerte o gran invalidez, incapacidad permanente o absoluta del trabajador..... o del empresario. En todos estos casos, el empresario tiene la libertad de despedir a quien se le antoje, incluso caprichosamente si así lo desea de veras, pero en determinados supuestos no le saldrá gratis, y pudiera ser que además le saliera caro. Incluso muy caro. Y ese es, a mi juicio, el quiz de la cuestión. Lo que los empresarios quieren, en este asunto, es poder despedir gratis, y por los motivos que sea, a quien se les antoje en cualquier momento.
No tengo ninguna duda sobre la obligación que tienen los empresarios de ganar dinero, (incluso mucho dinero) aunque quizás deberíamos empezar a pensar en fijar un salario máximo interempresarial que se opusiera al salario mínimo interprofesional. Pero ello no puede ser (o no debería poder ser) a costa de reducir costes laborales. Y si es cierto que sin empresarios un país no puede avanzar en estos tiempos que corren, o avanzará más lentamente, no es menos cierto que sin trabajadores tampoco.
Dicen que los comedores sociales de ciertas ONGs están desbordados en estos tiempos de crisis, y debe ser verdad pues ni siquiera el Gobierno lo niega. Pero por otro lado no es menos cierto que la flota de aviones privados que poseen los mandamases de las grandes empresas españolas no se ha visto reducida con la crisis. Y no es menos cierto que hoy, que se siguen cerrando empresas, incluso aunque den beneficios, como AVICU, estos empresarios no hacen cola en las filas de parados que buscan un plato caliente que les permita seguir haciendo cola en las oficinas del INEM.
Así pues, deberíamos ser capaces de llamar a las cosas por su nombre. Porque cuando los empresarios dicen que ellos no quieren que el despido sea libre, tienen razón. ¡¡Ya es libre!!. Lo que quieren es que sea gratis o, en el peor de los casos, que lo pague el Estado. Ese es el debate ideológico que ahora está enmascarado. El Gobierno tiene la obligación de desenmascararlo, porque el desenmascarador que lo desenmascare, buen desenmascarador será.
Con el ánimo de aclarar un poco las cosas (que ya me gustaría) traté de saber las diferentes modalidades de despido que existen en España, y me encontré con un galimatías para iniciados que, a la postre, me dejó la hipótesis de la que partía mucho más confusa que cuando no sabía nada.
En España se puede despedir a un trabajador por tantas cosas que lo que parecen querer los empresarios no es que el despido sea libre, que ya lo es, sino que sea gratis. Vamos que no les cueste ni un solo euro y sea rápido y sin tanta burocracia.
Hoy, las modalidades para despedir a los trabajadores completan un escenario en el que cabe casi todo: causas de fuerza mayor, despido colectivo, despido disciplinario, despido por causas objetivas, dimisión del trabajador, incumplimientos contractuales del empresario, el mutuo acuerdo, las causas establecidas en el contrato, la terminación de la duración pactada o la realización de la obra o servicio objeto del contrato, la muerte o gran invalidez, incapacidad permanente o absoluta del trabajador..... o del empresario. En todos estos casos, el empresario tiene la libertad de despedir a quien se le antoje, incluso caprichosamente si así lo desea de veras, pero en determinados supuestos no le saldrá gratis, y pudiera ser que además le saliera caro. Incluso muy caro. Y ese es, a mi juicio, el quiz de la cuestión. Lo que los empresarios quieren, en este asunto, es poder despedir gratis, y por los motivos que sea, a quien se les antoje en cualquier momento.
No tengo ninguna duda sobre la obligación que tienen los empresarios de ganar dinero, (incluso mucho dinero) aunque quizás deberíamos empezar a pensar en fijar un salario máximo interempresarial que se opusiera al salario mínimo interprofesional. Pero ello no puede ser (o no debería poder ser) a costa de reducir costes laborales. Y si es cierto que sin empresarios un país no puede avanzar en estos tiempos que corren, o avanzará más lentamente, no es menos cierto que sin trabajadores tampoco.
Dicen que los comedores sociales de ciertas ONGs están desbordados en estos tiempos de crisis, y debe ser verdad pues ni siquiera el Gobierno lo niega. Pero por otro lado no es menos cierto que la flota de aviones privados que poseen los mandamases de las grandes empresas españolas no se ha visto reducida con la crisis. Y no es menos cierto que hoy, que se siguen cerrando empresas, incluso aunque den beneficios, como AVICU, estos empresarios no hacen cola en las filas de parados que buscan un plato caliente que les permita seguir haciendo cola en las oficinas del INEM.
Así pues, deberíamos ser capaces de llamar a las cosas por su nombre. Porque cuando los empresarios dicen que ellos no quieren que el despido sea libre, tienen razón. ¡¡Ya es libre!!. Lo que quieren es que sea gratis o, en el peor de los casos, que lo pague el Estado. Ese es el debate ideológico que ahora está enmascarado. El Gobierno tiene la obligación de desenmascararlo, porque el desenmascarador que lo desenmascare, buen desenmascarador será.