La política de Antonio Román: solares
26/02/2011 - 00:00
A la vista de lo ocurrido en los últimos meses, queda comprobado que la reforma urbanística del casco histórico de Guadalajara emprendida por Antonio Román ha sido un fiasco. Lo que el casco ha ganado en funcionalidad, lo ha perdido multiplicado por tres en estética y respeto al patrimonio. Porque colocar semejantes objetos en torno a la iglesia de San Nicolás o en la Plaza Mayor, desde luego, no es respetar el patrimonio. Es abofetearle. Con las farolas recientemente conocidas que se han instalado en la Plaza Mayor, Guadalajara queda confirmada, no de iure pero sí de facto, como la Ciudad Solar, y no precisamente por la homónima energía renovable, sino porque el Partido Popular está consiguiendo una buena colección de solares en el casco histórico de Guadalajara. Se empezó hace años por Santo Domingo (antigua Plaza del Mercado), a base de baldosín y pérgola, sin adoquinado clásico ni zonas verdes, convirtiendo la plaza en un auténtico helipuerto si no fuera por las fuentes. Se continuó por la Plaza del Jardinillo, instalando ese quitasol que dista mucho de concordar con el entorno de la plaza y que parece sacado de la Cañada Real Galiana, pero levemente remozado.
Los árboles de la plaza, por supuesto, arrancados de raíz. Y la fuente de Neptuno, precintada cual escenario del crimen, a expensas de que se decida cometer una nueva tropelía con ella. Le tocó el turno más adelante a la Plaza del Carmen, frente al convento homónimo, donde los bancos estilo minimalista han lesionado fuertemente el entorno de la plaza. La cosa no acaba ahí, pues ahora entra en liza la Plaza Mayor. Unas nuevas farolas sacadas, quizá, de un estadio de fútbol, vienen a embellecer la plaza, cuales aguijones elevados que la convierten, ante tanto mástil, en algo así como el Campo de las Naciones, versión alcarreña, pero sin banderas. Aunque las hubiere, la de Castilla no se encontraría entre ellas, a buen seguro. Así las cosas, considerando que el equipo de gobierno de Antonio Román ha desnaturalizado completamente el casco histórico de Guadalajara convirtiendo las plazas en solares, el Partido Castellano (PCAS) quiere solicitar al Ayuntamiento de la capital alcarreña la vuelta atrás en la colocación de la iluminación, replanteando absolutamente el modelo estético del proyecto y revocando, si fuere necesario, este aspecto del proyecto en ejecución, por el bien de la ciudad.
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