La reforma universitaria
23/04/2012 - 18:42
Llega el momento de que los universitarios se aprieten el cinturón. Al menos eso es lo que planteaba la semana pasada el Gobierno central que aprobaba un incremento de las tasas universitarias, con lo que los estudiantes tendrán que pagar entre un 15 y un 25% del coste de su plaza, lo que supone una subida de un 66% con respecto a lo que se venía pagando hasta ahora. Este aumento, que forma parte de las medidas de ahorro en enseñanza superior, obedece a un nuevo sistema de cálculo. La base de incremento de las matrículas no será el IPC, sino el coste total de la plaza universitaria, que en España se sitúa, según datos de las universidades, en unos 6.200 euros. Así, para las primeras matrículas se establece una horquilla de entre el 15 y el 25% de ese coste total de la plaza, frente al 15 que venía a ser ahora. Para las segundas, entre el 30 y el 40%; para las terceras, entre el 65 y el 75%, y las cuartas, entre 90 y el 100%. Se trata de recaudar más, pero también de penalizar a aquellos que obtiene peores resultados. Ayer, la senadora del PP, Ana María González, citando el Informe de la Oficina Estadística de la Universidad de Alcalá de Henares (UAH), el nivel de abandono de los estudios universitarios en el Campus de Guadalajara asciende al 30 por ciento. Y ponía dos ejemplos. En la Escuela de Enfermería se matricularon en el curso 2005-2006 142 alumnos. En 2007-2008, que es cuando deberían haber acabado la diplomatura, tan sólo 47 lo hicieron, la tercera parte. En el caso de Arquitectura Técnica sucede algo similar. En 2005-2006 se dieron de alta 356 personas. En 2007-2008 habían finalizado los estudios 60, mientras que en 2008-2009 lo hicieron 58. De este modo se pretende penalizar económicamente a aquellos que tiene más dificultades a la hora de sacar una carrera. Aunque en un principio puede resultar obvio que lo lógico es que en unos estudios que no son obligatorios se favorezca a los mejores, eso puede llegar a generar un elemento discriminatorio para los que tienen menos recursos. De ahí la necesidad de que esta reforma del sistema universitario vaya acompañada del incremento del programa de becas si el Gobierno no quiere que estos recortes generen una brecha educativa.