La Sagrada Familia, modelo actual de familia

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

José Sánchez González - Obispo de la Diócesis de Sigüenza-Guadalajara
Queridos diocesanos: En este domingo, inmediato a la Navidad, celebra toda la Iglesia la Fiesta de la Sagrada Familia de Nazaret.
En toda la Iglesia en España y, por lo mismo, también en nuestra diócesis, celebramos la Jornada de la Familia, este año con el lema La familia, escuela de humanidad y transmisora de la fe.
El Concilio Vaticano nos dice que “la familia es escuela del más rico humanismo”. Efectivamente, es el espacio más adecuado para aprender a ser persona. ¿Qué es ser persona sino amar y ser amado, relacionarse con Dios, del que venimos, en el que existimos y hacia el que caminamos, y con los demás, desde la aceptación y el respeto del otro y desde la fidelidad, en el diálogo, en el rico y enriquecedor intercambio de dones y servicios, en el perdón…?
Ser persona es aprender y ejercitarse en lo que significa la vida, en su acogida, en su transmisión, en el servicio a la vida; en la experiencia compartida de alegrías y penas, de gozos y sufrimientos, en la primera experiencia del dolor, de la enfermedad, de la muerte.
¿Dónde aprendemos mejor que en la familia estos conocimientos básicos y definitivos, vivimos estas experiencias fundamentales, percibimos estos nobles sentimientos, nos ejercitamos en tan humanos comportamientos? ¿Dónde aprendemos mejor quién es Dios, a dirigirnos a Él como al padre y a la madre, a celebrar los misterios de nuestra fe, a comportarnos como hijos de Dios y hermanos de todos?
En la familia se vive y experimenta lo que significa ser amado por lo que uno es no por lo que produce o gana. Se aprende a amar con amor gratuito. Se experimenta la vida y todo lo que lleva consigo como don, que se recibe, se agradece, se transmite y se cuida desde la concepción hasta la muerte. Se aprende a compartir, pues se recibe según las necesidades y se da según las propias capacidades. Se valora el trabajo y el servicio y se aprende a trabajar y a servir.
El hecho de que el Hijo de Dios se hiciera hombre en el seno de una familia y compartiera con nosotros todas las etapas de nuestro desarrollo, manifiesta claramente que, lo mismo que Jesús es el modelo de todo ser humano, su familia es el modelo de la familia, en todo tiempo y lugar. No es que los cristianos tengamos un modelo de familia junto a otros modelos, posibles o inventados y cambiantes.

En Jesucristo, Dios ha pronunciado su última Palabra sobre el modelo de hombre, de mujer, de familia, de relación con Dios, con los semejantes y con la naturaleza. La familia será tanto más verdadera y auténtica cuanto más se aproxime al modelo original. Éste es el Dios Uno y Trino y la familia de Nazaret es la Trinidad de la tierra.
Todos los valores, sentimientos, comportamientos, a los que hemos hecho referencia podemos aprenderlos de la Sagrada Familia de Nazaret. En ella, desde el respeto a la dignidad y los derechos y obligaciones de cada uno de sus miembros, rige como norma suprema, no tanto la defensa a ultranza de los derechos o del papel de cada uno, sino el amor, el servicio y la entrega.
Os saluda y bendice vuestro Obispo