La suerte de la Lotería Nacional

 

Este año la Lotería de Navidad no quiso acordarse de nuestra provincia. De nuevo las imágenes de descorches de cava y los saltos de alegría se alejaban de nuestras tierras según se iban sacando los grandes premios y los niños del Colegio de San Ildefonso acariciaban las bolitas de la suerte. Tan solo Azuqueca arañó algo de un quinto premio y la capital se quedó con las ganas a falta de un dígito para el segundo. Guadalajara es de las provincias españolas en las que menos premios gordos han caído durante toda la historia del sorteo. De hecho, la primera vez que la Diosa Fortuna tocó con su varita nuestras tierras fue en 1852, en Molina; después le cogió el testigo la capital, donde toco uno de los premios importantes hace más de cuatro décadas, en 1970. Desde entonces los alcarreños seguimos buscando la suerte, aunque con poco tino. Y eso, a pesar de que continuamos jugando con esperanza. Pero si quieren una excusa para conformarse que vaya más allá de la recurrente salud, acuérdense de que precisamente este año la esperada rifa ha sido menos generosa que la del año anterior: Loterías ha repartido 280 millones menos en premios que en 2012, aunque el Gordo y las otras retribuciones importantes siguen teniendo la misma cuantía. A estas alturas la mayoría de jugadores del Sorteo de Navidad ya conocen que por primera vez a los premios superiores de 2.500 euros se les aplicará una retención del 20% en el IRPF. En otras palabras, aunque el premio Gordo del Sorteo Extraordinario de Navidad haya repartido este año 400.000 euros al décimo, igual que en los dos últimos años, los agraciados han visto más menguado su suculento bote con el impuesto de solidaridad del 20%. Lo que se traduce en que, en esta ocasión, los ganadores se han hecho con 320.500 euros en vez de los 400.000 de 2012. Un argumento pobre, cierto es, para los que hemos visto pasar la suerte de largo, pero contundente para los que por primera vez viven la experiencia de ser agraciados. ¡Así es la vida! .