La suspensión del festival de jazz de Sigüenza

14/12/2011 - 00:00 Redacción


  Este año se hubiera celebrado la VII edición del Festival Internacional de Jazz de Sigüenza. La razón que ha dado el Ayuntamiento para no organizarlo es la falta de “liquidez económica”. Puede que haya gente que se conforme con esta respuesta, pero hay muchos que no nos conformamos, como es mi caso. Cuando el PSOE llegó al Gobierno municipal de Sigüenza, en junio de 2003, nos encontramos con una deuda de 6 millones de euros. Si me hubiera resignado por la falta de liquidez, no hubiera hecho nada en los ocho años que estuve de concejala. El Festival de Jazz ha sido un esfuerzo continuo a lo largo de los años, y ha supuesto un sello de calidad para el turismo en Sigüenza. Suspender la edición de este año es un error y son varios los motivos que avalan esta afirmación. Además de traer turismo, en uno de los puentes más largos del año, la difusión que se hace de la Ciudad es muy grande.

  El Festival se promociona en todos las webs de Festivales de Jazz, tanto de España, como de Europa y Estados Unidos. Está incorporado, desde 2009, al proyecto “Jazz across Europe”, que une jazz y turismo, atrayendo un turismo cultural de calidad, que se mueve por todo el mundo. Si hubiera que pagar esta publicidad para promocionar la Ciudad, costaría más que el propio festival. A lo largo de los años el festival se hizo hueco dentro del panorama español, y está considerado, entre los especialistas, como uno de los más innovadores y de calidad que se celebran en España. Pachi Tapiz, crítico de Jazz, publicaba la pasada semana en Tomajazz un artículo hablando del festival. Copio textualmente sus palabras: “La pérdida de cualquier festival de Jazz es una gran pérdida.

  Pero en el caso de Sigüenza hay una serie de factores que agravan su ausencia. La calidad de su programación hacía desplazarse a aficionados de diversas partes de la Península a disfrutar de unos conciertos protagonizados por grandes figuras de la escena improvisadora internacional, que en la mayoría de los casos eran actuaciones exclusivas en nuestro país. Ante la abundancia de festivales que no son poco más que clones de otros, es importante la presencia de festivales con una identidad propia, notable y diferenciada.” En el festival se daban cita críticos de música de periódicos nacionales como El País o El Mundo, de las revistas especializadas “Cuadernos de Jazz” o “Tomajazz”, o fotógrafos de fama internacional como Esther Cidoncha o Javier Nombela. Todos han defendido con sus reportajes, tanto escritos como fotográficos, el festival, y han propagado su fama fuera y dentro de nuestras fronteras.

  En cuanto al tema económico es necesario tener en cuenta que todos los años solicitábamos, desde el Ayuntamiento, la subvención del Ministerio de Cultura a través del INAEM (Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música), y todos los años íbamos sumando puntos dentro de la escala de valoración de esta Institución. En la edición de 2010 se había otorgado un máximo de 49 puntos; el mínimo para obtener la subvención son 50 puntos y, si se hubiera celebrado en el 2011, puede que se hubiera llegado al tope de 50 y conseguir la subvención que libraría al Ayuntamiento de la carga económica que supone el Festival.

  La interrupción de este año pone en peligro esta subvención, porque el INAEM exige continuidad en el proyecto y que la entidad organizadora, en este caso el Ayuntamiento de Sigüenza, demuestre que tiene interés en el evento y que éste es importante para la Ciudad. Desde aquí quiero pedir al equipo de Gobierno del Ayuntamiento que vuelva a considerar la celebración del festival y que lo defienda delante del INAEM. No se pueden perder esos 49 puntos y tirar 7 años de esfuerzo económico y de trabajo a la basura. El Festival Internacional de Jazz de Sigüenza es una actividad cultural de calidad y a la vez es un impulso económico para la Ciudad, razones muy poderosas para hacer un esfuerzo por mantenerlo.