Las mujeres rurales, base fundamental para un mundo sostenible
Celebramos el pasado viernes, 15 de octubre, el Día Internacional de la Mujer Rural como homenaje a aquellas mujeres que, desde el ámbito de poblaciones rurales en todo el mundo, luchan por vivir con dignidad y porque la Igualdad real sea un hecho, tanto para ellas como para los núcleos de población en los que viven y para que el mérito que supone su imprescindible trabajo para la humanidad, les sea reconocido. Según la Organización Internacional del Trabajo, 428 millones de mujeres trabajan en el mundo en el sector de la agricultura y la ganadería, imprescindible para asegurar el suministro mundial de alimentos. Sin embargo, la mayoría de estas mujeres rurales son pobres y no tienen acceso a los recursos más básicos ni a los mercados, a pesar de formar la columna vertebral de la mano de obra agrícola y ganadera en la mayor parte de los países en desarrollo y de producir el 50% de los alimentos necesarios para la alimentación mundial. El mundo sostenible al que aspiramos debe reconocer a estas mujeres su imprescindible trabajo, para ellas mismas y para todos nosotros, en la lucha por la consecución de la producción de alimentos para nuestro planeta. El reto de conseguir producir suficientes alimentos para el sostenimiento de la población mundial, nunca será posible sin las mujeres rurales y por ello debemos hacer patente la importancia de su trabajo, su sacrificio y dotarlas de la igualdad plena a la que, como seres humanos, tienen derecho. La fijación de precios justos en los productos ganaderos y agropecuarios así como de su artesanía, el ganarse la vida dignamente a través de sus producciones y el paliar igualmente el abandono en este sector, manteniendo el relevo generacional, serán imprescindibles para conseguir la continuidad y la sostenibilidad en nuestro planeta y en nuestro país. Es también prioritario que las mujeres rurales participen en aquellas organizaciones u organismos, nacionales e internacionales, encargados de elaborar programas de desarrollo rural sostenible, a fin de que tengan voz sus necesidades y puedan modificar la realidad actual desde su imprescindible punto de vista. En España hay 5 millones de mujeres rurales, considerando personas rurales a aquellas que viven en núcleos de población con menos de diez mil habitantes. Más del 90% de los municipios españoles reúnen esta cifra de población. Son, pues, el 20% de las mujeres españolas y están dispersas por el 80% del territorio nacional. Desde el Gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero se han puesto en marcha imprescindibles mecanismos legales para conseguir las principales demanda de las mujeres rurales. La posibilidad de darse de alta en la Seguridad Social, la titularidad compartida de las explotaciones agrarias y ganaderas en las que las mujeres trabajan conjuntamente con los varones desde hace años, la participación de las asociaciones de mujeres rurales más representativas en los órganos de decisión y programación de planes para este ámbito, como el Consejo Estatal de Participación de la Mujer, etc. Si bien es cierto que a nivel estatal se ha avanzado mucho, no desde todas las regiones se ha dado el impulso necesario para cumplir con los deberes que tienen que realizar para poner en marcha definitivamente las mejoras que, para la mujer rural, se han postulado ya desde el Gobierno central. La cohesión social necesita el esfuerzo y la solidaridad de todas las Comunidades Autónomas para implantar definitivamente la Igualdad en el mundo rural y, más concretamente, para las mujeres rurales. No se puede esperar más. El ámbito rural, como ya hemos mencionado, está presente en el 90% de los municipios españoles y en el 80% del territorio nacional, por lo que es de vital importancia dinamizarlo, ayudar a su desarrollo y animar a sus habitantes a conseguir sus derechos en igualdad para que este importantísimo territorio no sea abandonado. No sólo el mundo rural depende de esta transformación. Por justicia y por eficacia, ¡defendamos los derechos de las mujeres rurales!