Las personas sordas piden colaboración para comunicarse con mascarilla
La Asociación de Sordos de Guadalajara pone de manifiesto las dificultades que sufren.
La Asociación de Personas Sordas de Guadalajara (APSORGU) hace un llamamiento público sobre las dificultades que tiene actualmente este colectivo para comunicase debido al uso de la mascarilla.
El presidente de la asociación, Florián Zaharie Candea, afirma que son muchas las situaciones a las que las personas sordas se enfrentan en su día a día en las que se hacen patentes estos problemas para comunicarse con las personas oyentes que llevan mascarilla, por ejemplo en los centros comerciales, en los centros de ayuda, en el centro de salud, en instituciones públicas y en servicios de atención al cliente.
Por todo ello, pide comprensión y ayuda para poder facilitar la comunicación: “Les pido un favor, que respeten cuando vean a las personas sordas; si quiere comunicarse con una persona sorda intente coger una distancia y bajar la mascarilla, sin necesidad de quitársela, para que pueda leer los labios”, con la prudencia de asegurarse de que no hay mucha gente cerca, matiza.Si no es posible bajar la mascarilla, recomienda entregar una nota escrita, “así se podría comunicar con más facilidad con usted. Así las personas sordas sufren menos con los ciudadanos”, indica.
Otra opción, apunta el presidente de la Asociación de Guadalajara, sería poder utilizar mascarilla transparente. Con ella, las personas sordas podrían leer los labios.
“Lo estamos pasando muy mal”
Son muchos los testimonios y quejas que llegan hasta la asociación, asegura Zaharie, algunos de los cuales reproducimos aquí. Diana ha ido a solicitar unos certificados al Registro Civil para poder sacar el DNI de su hija: “Intentaba comunicarme con la vigilante que trabajaba ahí, llevaba la mascarilla puesta y además estaba tras una pantalla protectora transparente, pero no quiso bajarse la mascarilla y le dije que soy sorda señalando el audífono, pero seguía sin bajar la mascarilla. Le dije que escribiera una nota en un papel, así podríamos comunicarnos, pero aun así no quiso escribirme ninguna nota ni ayudarme. Tuve que irme afuera a buscar ayuda”. Fuera encontró a otro vigilante que, manteniendo la distancia de seguridad, se bajó la mascarilla y pudo ayudarla. “Lo estamos pasando muy muy, pero que muy mal, ya que en ese momento me sentía muy discriminada, parece que no servimos de nada. Si la vigilante fuera sorda ¿cómo se sentiría?... La vida es muy injusta, debería haber mascarillas transparentes para todo el mundo”, explica Diana.
A Jesús le ocurrió algo parecido en Bienestar Social al ir a solicitar la pensión. No pudo entenderse con el vigilante: “Intenté comunicar con el vigilante y no podía entenderle, ya que no quiso bajar la mascarilla, encima con la pantalla de seguridad, me sentía muy muy discriminado”.
El sábado 26 de septiembre se celebró el Día Internacional de las Personas Sordas.