Las pocas lluvias y los trasvases ‘ahogan’ los pantanos

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

Ortiga
El agua de los embalses de cabecera se agota a pasos agigantados. A la escasez de lluvias y las altas temperaturas se unirán, si nadie lo remedia, un cuarto trasvase, el último del año hidrológico. Los ribereños, después de haber visto algo de luz, gracias a las precipitaciones caídas durante el invierno, ahora regresan a su pesimismo habitual. En el fondo, todos ya lo sabían: el ver agua en Entrepeñas y Buendía no es más que un espejismo. El líquido elemento se evapora con el calor, dicen los más optimistas.
Sin embargo hay muchos escépticos que critican la ‘evaporación’ real que sufre la cabecera: la del agua que se va a Levante para mantener desarrollos que son insostenibles. Los murcianos se frotaban las manos al ver que llovía en invierno. Ahora, como la situación se perpetúe, algo que es más que posible con el cambio climático, no tendrán más que el lodo de los pantanos guadalajareños a su disposición. Pronto llegarán las demandas de batrimetrías de pueblos ribereños como Sacedón y se llegará nuevamente a la misma conclusión: el agua que se mide no es real, ya que el lodo en el fondo de los pantanos es cada vez mayor. Regresarán los lamentos de siempre pidiendo el fin del trasvase, una demanda justa.