Las recuperadas rondas

Tomando la antigua costumbre de salir a la calle en las noches navideñas con guitarra, bandurria, castañuela y botella de anís, los pueblos de esta zona de Guadalajara han puesto de actualidad este hábito musical al que cada año se suman nuevos adeptos. Las asociaciones culturales de los pueblos, auténtico espíritu regenerador de la vida en el medio rural, no han querido desperdiciar la oportunidad de integración que les brindaba el cancionero. A Torija se suman los encuentros de rondas que en estos días se celebran en Atanzón o en Lupiana, sin olvidar que las rondas siguen saliendo a la calle a pesar de las bajas temperaturas en lugares como Trillo o Cogolludo. Es la fuerza de la tradición, que persiste a pesar de Internet, los mp4 y los atronadores sonidos de los coches de los más jóvenes. Chavales, veteranos, niños y noveles se apuntan en estos días a la tradición de las rondas. Nada menos que sacar la alegría navideña fuera de casa, ese reducto donde en los últimos años se celebran en una conmemoración silenciosa los plácidos días de la Navidad. Ni siquiera la capital ha sido capaz de no sucumbir a esta tendencia de moda que convirtió hace unos años en todo un éxito el tradicional torito ven acá de la Ronda del Alamín. Este mismo año sus convecinos del barrio les han nombrado Alamineros del Año, en una prueba más de que la tradición de las rondas llega hasta el último rincón de la provincia. Ayer los torijanos actuaron como buenos anfitriones, agasajando con caldo calentito y viandas por doquier a cuantos se acercaron a celebrar una fiesta que ya cuenta con la vitola de Interés Turístico Provincial. Todo un motivo para vivir una jornada de Navidad diferente.