Las soluciones más justas

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

Editorial
Siglos de explotación de nuestros recursos naturales no entendieron, como se hace ahora, que la variable ambiental en los procesos de desarrollo reclamaría su espacio básico de interacción y acción para conseguir el avance de las nuevas sociedades.
Poner de relieve las cuestiones sociales y políticas en la planificación y gestión del medio ambiente y del territorio se antoja, en los tiempos que vivimos, como una tarea fundamental y así se entiende en una provincia como Guadalajara donde se ha dejado patente el alto índice de solidaridad cumplido. La instalación de un ATC, los sondeos para explotar uranio en la Sierra de Aragoncillo o la posible acogida de una almacén de CO2, se convierten en las tres amenazas latentes contra un medio ambiente que lucha por mantenerse como recurso de atractivo turístico en el que basar una economía alternativa. Ante tales proyectos, la sociedad alcarreña ha iniciado su movilización. La conflictividad social suele ir asociada a numerosos proyectos y acciones basados, exclusivamente, en criterios técnicos y económicos como vertederos, aeropuertos, carreteras y autopistas, el Ferrocarril de Alta Velocidad, centrales eólicas, incineradoras, líneas eléctricas de alta tensión, plantas de tratamiento de residuos, depuradoras y desarrollos urbanísticos, destacan entre muchos otros. Todos estos casos ponen de manifiesto la insuficiencia de los enfoques puramente técnicos en la toma de decisiones territoriales y la necesidad de incorporar nuevas herramientas teóricas y metodológicas que permitan afrontar y resolver una conflictividad territorial que no solamente va en aumento sino que pone en duda las decisiones efectuadas por los expertos. Su resolución pasa por comprender la necesidad de hallar soluciones social y ambientalmente lo más justas posible aunque no sean óptimas desde un punto de vista técnico o económico.