Las tormentas sobre el Corredor respetaron la procesión del Cristo de la Misericordia de Quer

31/08/2024 - 12:15 Redacción

A partir de las siete y media de la tarde, la Banda de Música de Almoguera, recogía al hermano mayor en su domicilio, y a la Corporación Municipal, encabezada por el alcalde de Quer, José Miguel Benítez, en la puerta del Ayuntamiento.

Llegados a la plaza de Juan Pablo II, se subastaron los cuatro brazos y diez cintas rojas, a modo de sangre de Cristo, de la bellísima imagen del Cristo de la Misericordia de Quer. Condujo la subasta, como ya hiciera el año pasado, Johny Zaera.

Los seteros, de acuerdo con la tradición, pujaron por dos veces en la subasta que acontece antes de comenzar la procesión. La primera fue para sacar a hombros de la Iglesia a la imagen, y para portar sus diez cintas. La segunda, para reponerla en el interior de la Iglesia de Nuestra Señora de La Blanca, con la novedad, este año, de que se van a poder desgravar sus donaciones, como anunciaba ayer el secretario de la Hermandad, Gonzalo Ortega.

Después de la primera subasta, el Cristo procesionó por las calles de Quer. Este año, la Hermandad como viene haciendo desde 2019, y por cuarto año, tras la suspensión de los años 2021 y 2022, propuso a los fieles llevar a hombros la imagen del Cristo. Todos ellos aceptaron, y, por lo tanto, así se hizo, por un recorrido algo menor que el de otros años, por motivo de las tormentas que amenazaban el Corredor del Henares guadalajareño, pero que en Quer, a la hora de la procesión, no dejaron ni una gota de lluvia.

La procesión discurrió por las calles Mayor Alta, Colón, Cervantes, para volver a la Iglesia de Nuestra Señora de La Blanca, no sin gran esfuerzo de los costaleros, que terminaban la procesión sudando por cada pelo una gota. La talla, con sus andas, pesa más de doscientos kilos.

La imagen de madera de cedro, marrón oscura, volvía a destacar a su paso por las calles de Quer, y pasó, por primera vez, por delante del nuevo centro cultural, ahora en construcción, cuyas obras están ya muy cerca de concluir.

La procesión fue siempre precedida por los músicos de la Banda de Música de Almoguera, que interpretaron lo mejor de su repertorio de marchas procesionales. Y también contó con la presencia de voluntarios de Protección Civil, que este año ha ampliado notablemente su número de voluntarios. Como siempre, haciendo un gran trabajo, estuvieron atentos a los cruces y minimizaron obstáculos como los cables de la luz, al paso de la comitiva religiosa.

De nuevo con la talla de vuelta en la Plaza de Juan Pablo II, Zaera dirigió la puja para entrarla de nuevo en la Iglesia de Nuestra Señora de La Blanca. Estuvo reñida, y alcanzó cotas notables. Al terminar la procesión, los sudorosos costaleros, y, en general la Hermandad, recibió un sonoro aplauso de todos los allí presentes.

Antes de terminar la ceremonia, los seteros, todos juntos, cantaron, como habían hecho por la mañana, el himno del Cristo: “De tierras americanas vino a Quer, tesoro y gloria, en ti, Cristo agonizante, Cristo de Misericordia, me desgarra tu dolor de verte en la cruz sufriendo, que estando por muriendo, aun me miras con amor”.

Sobre la Hermandad del Cristo de Quer

Antiguamente, la festividad se celebraba el día 14 de septiembre, pero desde 1960 se convoca siempre el primer fin de semana de septiembre. La parte tradicional de la fiesta la organiza la Hermandad del Santísimo Cristo de la Misericordia, fundada, probablemente a principios del siglo XVIII, una vez que la poderosa familia Arnedo se hizo cargo de forma definitiva del patronato de fundación de este Santo Cristo, y tras ver como la devoción popular aumentaba de día en día por la imagen.

Datos más cercanos y contrastables dicen que se fundó a finales del siglo XIX, siendo cura de Quer Rogelio Iglesias. Una vez creada, estuvo vigente hasta el año 1936, en el que la Hermandad desapareció momentáneamente, volviendo a constituirse como tal el 21 de septiembre de 1941. Por unanimidad de los 31 hermanos que entonces la formaban, se acordó modificar y adaptar los estatutos a los nuevos tiempos.

Fue en 1907 cuando el que entonces era alcalde de la villa, Jesús Lamparero, propuso al vecindario la celebración de una fiesta extraordinaria el Día del Cristo, para la que se traerían músicos que la amenizasen. La propuesta no saldría adelante hasta 1914, primer año que se contrató música tanto para tocar en la iglesia como para hacerlo por las calles.

La fiesta en si comenzaba con uno de los hechos que se viene produciendo, invariablemente, desde el momento en el que el Cristo preside la iglesia de Nuestra Señora de La Blanca de Quer, como era su bajada y subida al altar mayor, a lo que todos los hermanos están obligados a asistir el domingo anterior de la fiesta, a las diez de la mañana, y el domingo posterior, una vez terminada.

Continúa la fiesta

A continuación de la procesión, llegaban otros clásicos de las fiestas seteras, como son los concursos de disfraces, infantiles y de adultos. El concurso infantil se celebró en el local social de la Plaza Mayor, tal y como estaba previsto, con cerca de medio centenar de niños y niñas disfrazados que lo pasaron en grande. Pero, a partir de las diez de la noche, comenzaba a llover con ganas en Quer, por lo que el concurso de adultos se tuvo que celebrar también en el local, y no en la Plaza Mayor como estaba previsto. Los mejores fueron los vikingos de Quer, VikinQuer, en la categoría de grupos. En individual, el premio fue para el Monstruo de la Basurilla, y el más cutre fue, en esta ocasión, para Las Ochenteras.

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