Los acueductos de Segóbriga y Caraca pudieron tener los mismos constructores

10/12/2017 - 18:26 J.Pastrana

Se calcula que la ciudad romana de Driebes tuvo más de 1.800 habitantes.

El desubrimiento de la ciudad romana en Driebes, posiblemente el perdido asentamiento romano de Caraca, sigue atrayendo la atención de curiosos e investigadores. Entre las distintas estructuras descubiertas, una de ellas ha sido protagonista reciente de un artículo escrito en la revista Veleia. Firmado por Emilio Gamo Pazos, Javier Fernández Ortea y Jerónimo Sánchez Vela, el artículo se centra en el estudio del acueducto, abriendo la hipótesis de que fuera construido en la misma época, la segunda mitad del siglo I, y por el mismo equipo de especialistas que ejecutó el de Segóbriga, “con muy poco margen de diferencia temporal”.
En el estudio indica que se trata de “una obra de ingeniería sencilla, pero tremendamente efectiva y que cumpliría su función de abastecer de agua a la ciudad de una forma más que suficiente”. Así, se ha calculado que proporcionaba un suministro aproximado de 1,33 litros por segundo, sumando una media total de 114,912 metros cúbicos.

Más de 1.800 habitantes
Este asentamiento tenía 8 hectáreas de superficie y, según los estudios realizados, se calcula que en este tipo de núcleos urbanos había aproximadamente  233 habitantes por hectárea, por lo que se debe suponer que Caraca contó con una población aproximada de 1.864 habitantes.
Según estos cálculos, el consumo medio diario de agua potable por habitante rondaría los 61,6 litros, similar a los 67 litros diarios que se establecen en otros estudios para asentamientos romanos. “Puede parecer una cantidad muy elevada, pero es menos de la mitad de los consumos medios constatados en la actualidad para regiones como Castilla-La Mancha, con sistemas modernos de control, ahorro y distribución de agua”.
De hecho, se considera que el agua suministrada por el acueducto permitía a la ciudad “contar con fuentes públicas e, incluso, caudal suficiente para satisfacer las necesidades de espacios públicos como un foro, un posible macellum o unas termas”.

Un acueducto de 3 kilómetros
Por la complejidad que entraña la construcción de un acueducto, este tipo de infraestructuras solían reservarse para las urbes que contaban con “un denso tejido urbano y una pujanza económica que permitiera su fábrica y mantenimiento”. En el caso del acueducto de Driebes, se ha podido documentar un tramo de 112,9 metros distribuidos en 13 fragmentos de diversas medidas y estados de conservación.
El recorrido estimado del acueducto de Driebes es de unos 3 kilómetros. Aunque no existen evidencias arqueológicas que lo confirmen, su inicio se sitúa en el manantial de Lucos, mientras que el agua del río Tajo, a los pies de la ciudad, probablemente era utilizada para otras actividades, como la evacuación de aguas sucias o de industrias artesanales. Del mismo modo, es posible que el agua del acueducto no fuera potable, lo que habría llevado a los ciudadanos a abastecerse con aljibes que recogerían el agua de lluvia y pozos.
Otro aspecto que destaca el artículo es el nombre del manantial del que se abastecía el acueducto: Lucos. Éste es un término relacionado con la voz latina lucus, cuyo significado es ‘bosque sagrado’, ‘bosque’ o ‘claro en el bosque’, algo lógico si se tiene en cuenta que la zona tiene abundante vegetación.

Sistema de alcantarillado
La prospección con georrádar realizada en el paraje conocido como Virgen de la Muela (Driebes), ha dado a conocer numerosos detalles urbanísticos de esta ciudad romana, como la posible existencia de un macellum y unas termas que apuntaban la existencia de sistema de abastecimiento de agua.
También parece existir una red de alcantarillado, un sistema de evacuación de aguas, sobre el que no habrá certeza alguna hasta que se realicen excavaciones en el Cerro de la Virgen de la Muela. Pese a ello, los datos que poseen los arqueólogos han permitido interpretar la posible presencia de canalizaciones en el Decumanus y el Cardo 3 a través del georrádar. Las amplias posibilidades abiertas hacen aún interesante el estudio de este yacimiento.