Los efectos colaterales de la mejora de Francisco Aritio
03/10/2012 - 14:14
Preocuparse por el Medio Ambiente significa informarse, movilizarse y guiar nuestro comportamiento con criterios ambientales. El deterioro actual de nuestro entorno traspasa la problemática meramente física para ser un problema social. Sin embargo, en muchas ocasiones compaginar los dos conceptos, naturaleza y urbanismo, se convierte en una auténtica quimera.
No es la primera vez, y seguramente que no sea la última, en la que respetar el Medio Ambiente y favorecer el desarrollo sirve para enfrentar a unos y otros partidarios. En la capital, el último episodio es el que se puede observar en Francisco Aritio. Ecologistas en Acción ha denunciado la tala de parte del arbolado emblemático de la ciudad, concretamente varios ejemplares centenarios de acacia, en las obras de remodelación que esta llevando a cabo la Consejería de Fomento de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha. Aunque desde el Ayuntamiento se ha hecho todo lo posible para evitar la tala, los técnicos han considerado que carecían de valor, estaban enfermos u ocupaban parte de las aceras. Resulta lamentable que esos ejemplares desaparezcan de la ciudad pero más sería aún que su posible salvación hubiera implicado un nuevo retraso en un proyecto esperado durante años y cuyos trabajos se iniciaban en el mes de agosto. Se trata de otro efecto colateral como lo es el corte del paso peatonal por algunas zonas y las restricciones de tráfico. Todo sacrificio se dará por bueno si los ciudadanos ven cómo una de las calles más degradadas de la capital se convierte en una vía adecuada para las necesidades del siglo XXI. Eso sí, siempre que los criterios sean absolutamente técnicos y reales.
No es la primera vez, y seguramente que no sea la última, en la que respetar el Medio Ambiente y favorecer el desarrollo sirve para enfrentar a unos y otros partidarios. En la capital, el último episodio es el que se puede observar en Francisco Aritio. Ecologistas en Acción ha denunciado la tala de parte del arbolado emblemático de la ciudad, concretamente varios ejemplares centenarios de acacia, en las obras de remodelación que esta llevando a cabo la Consejería de Fomento de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha. Aunque desde el Ayuntamiento se ha hecho todo lo posible para evitar la tala, los técnicos han considerado que carecían de valor, estaban enfermos u ocupaban parte de las aceras. Resulta lamentable que esos ejemplares desaparezcan de la ciudad pero más sería aún que su posible salvación hubiera implicado un nuevo retraso en un proyecto esperado durante años y cuyos trabajos se iniciaban en el mes de agosto. Se trata de otro efecto colateral como lo es el corte del paso peatonal por algunas zonas y las restricciones de tráfico. Todo sacrificio se dará por bueno si los ciudadanos ven cómo una de las calles más degradadas de la capital se convierte en una vía adecuada para las necesidades del siglo XXI. Eso sí, siempre que los criterios sean absolutamente técnicos y reales.