Los libros saben de crisis

Aunque hace años hablar de la Feria del Libro y sacar el paraguas era casi una misma cosa, este año, la climatología va a dar un pequeño respiro. Las previsiones es que haga calor y que, aunque las temperaturas se moderen, el sol siga brillando. En un momento de recesión como el actual, algo tan trivial se puede convertir en definitivo a la hora de que el sector aproveche estos días para mejorar sus ventas y por tanto sus balances de final de año. Y es que los libros también saben de crisis. De hecho, desde el 1 de enero hasta el 19 de febrero de este año, las ventas de libros en España descendían un 9%, en facturación respecto al mismo período del año pasado. Pero esa situación se agrava aún más si tenemos en cuenta que el descenso de ventas fue del 6% durante todo el 2011, por lo que, en menos de dos meses, el porcentaje habría experimentado un aumento de un 3%. No son las mejores perspectivas pero 17 entidades como librerías, editoriales y fundaciones, junto con la presencia institucional de Ayuntamiento, Diputación y Junta de Comunidades, no se amedrentan y por ello, estarán hasta el domingo en la Concordia ofreciendo los últimos títulos, pero también joyas de la literatura provincial y española de todos los tiempos. Porque no se engañen, aunque la gente limita su gasto en libros, los lectores siguen leyendo aunque lo hacen en más medida en lugares como bibliotecas. Con eso, ya cuentan los profesionales del sector que reconocen que a pesar de que las ventas han decrecido en los últimos dos años, la influencia de la situación económica es menor que en otros sectores más especulativos. El librero es un sector resistente y sus profesionales están acostumbrados a no tener necesidades especialmente fuertes. Sin embargo, las bajadas en la rentabilidad de estos negocios podrían acabar provocando que el relevo generacional esté en peligro.