Los límites a la libertad de expresión
20/05/2013 - 00:00
Guadalajara era noticia el viernes en los medios de comunicación por una noticia, en principio negativa, pero con fondo esperanzador. Fue la detención de un hombre, de 20 años, por utilizar las redes sociales para difundir datos privados de personas con carácter público. Su ocurrencia, para divertirse en sus palabras, fue poner los teléfonos y correos electrónicos de dos personajes políticos, que empezaron a recibir insultos y amenazas por tal revelación. Al investigar, el Grupo de Delitos Telemáticos de la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil encontró al joven alrededor de 1.500 registros con información de carácter privado de gente conocida del mundo de la política, la televisión y el deporte. Todo esto coincidía en el día denominado de Internet Seguro y horas antes de celebrarse el Día Mundial de las Telecomunicaciones y Sociedad de la Información. El uso de las nuevas tecnologías de la información y comunicación (TIC) ha servido para mejorar la calidad de vida y trabajo de los ciudadanos y es una aspiración política que su uso llegue a todas las localidades. En Guadalajara la extensión de la banda ancha a todas sus entidades de población, un total de 527, en las que se incluyen municipios, barrios y pedanías, será realidad a final de la presente legislatura, si el Gobierno regional sigue cumpliendo con su progresiva extensión.
La red de redes es toda una revolución, una ventana abierta a un mundo de servicios y posibilidades, un cauce para tener cualquier información al instante y también para expresar la propia opinión. El problema está en el mal uso que de esa libertad hacen algunos ciudadanos, unos por ser el anonimato permitido el escondite a su cobardía y mala baba, otros por inmadurez al considerarlo un juego. Es preciso exigir identificación a quien cuelgue cualquier información, video, foto u opinión para ser vista por todos y castigar penalmente a quienes atenten contra el honor, la integridad o la imagen de los demás. No pueden existir resquicios para delinquir con impunidad. Todo no vale. La libertad tiene su límite en la ley.