Los peligros de las redes sociales generaron gran expectación en la segunda mesa del Ciclo de Otoño
En la tarde del martes se celebró la segunda y última sesión del Ciclo de Otoño organizado por la Asociación de la Prensa de Guadalajara. En esta ocasión el tema a tratar fueron las redes sociales, principalmente los peligros que tiene su uso, unos peligros de los que muchas veces no somos conscientes.
Abrieron el evento Mar Corral, presidenta de la APG; Roberto Narro, concejal del Ayuntamiento de Guadalajara; y Rosa María García, diputada de Cultura de la Diputación provincial. Mar Corral adelantaba que la mesa iba a tratar sobre “los peligros que nos acechan en las redes sociales”. Opinaba que “la sociedad digital constituye una vía de desarrollo que abre grandes posibilidades de comunicación” entre otras ventajas, pero que “hemos descubierto que tiene una manzana envenenada con una potencia destructora hasta ahora desconocida, y que el uso excesivo se encuentra relacionado con problemas de salud especialmente entre los más jóvenes”.
Roberto Narro explicaba que las redes sociales aportan cosas beneficiosas la mayoría de las veces, pero que “también pueden producir un impacto negativo llegando a atraparnos”. Por último, la diputada de Cultura creía que era necesario “pararnos a reflexionar sobre lo que estamos haciendo” porque “a veces damos un móvil a nuestros jóvenes para que no sean los raros, y lo que hacemos es que vivan a través de una pantalla y la mayoría de las veces en solitario”.
Después tomaron la palabra los ponentes de la mesa, que estuvieron moderados por la periodista y docente Paz Ruiz Utrilla. Empezó hablando Gonzo, director del programa ‘Salvados’, para quien “no estamos atrapados” porque somos libres de utilizarlas o no, pero “es muy difícil socializar sin tener redes sociales, y cada vez más”. En su introducción también dejó claro que “no se debe exagerar los riesgos que tienen las redes sociales porque no es bueno demonizar algo que es de uso diario, no me imagino un mundo sin redes sociales a corto plazo, aunque lo habrá a medio o largo plazo”. El mayor problema es que “no hay más ley que la que han hecho aquellos que han puesto el chiringuito a funcionar, y eso sí es un problema, porque ellos viven de los minutos que echemos en las redes sociales”.
Otra idea sobre la que Gonzo hizo hincapié fue en que “el mayor peligro somos nosotros mismos”. Aconsejaba que “cuando estés disfrutando de una red social, sal de ella” aunque reconocía que eso le hizo pensar que “hay muchas cosas que disfruto de las redes sociales y no las considero perjudiciales, pero al final estoy dentro y los algoritmos está programados para que vea esas cosas y otras, y ahí es cuando hay que salir, todos sabemos cuándo estamos cerca de cometer una cagada a partir de cierta edad”. Para terminar su intervención, recalcó que las empresas que están detrás de las redes sociales “se aprovechan de los problemas de salud mental que ellos mismos generan”.
Según Gonzo la legislación actual les favorece o no les pone la zancadilla, “son testigos de delitos un minuto tras otro, no los ponen en conocimiento de las autoridades, y además están ganando dinero con ello”. Sin embargo, todo esto tiene una solución difícil porque no es sencillo de legislar, “es un problema de salud pública, generacional, de concepción del mundo, de valores fundamentales de una persona, y es muy complicado regular eso”. Otro de los ponentes fue Santiago Díez Puerto, experto en delitos tecnológicos de la Unidad Orgánica de la Policía Judicial de la Comandancia de la Guardia Civil de Guadalajara.
Dejó muy claro desde el principio que la clave de todo es que nos faltan herramientas, “primero porque no está bien regulad, y también falta educación y supervisión, los padres no estamos preparados para afrontar esto. Las redes sociales pueden usarse porque las usa todo el mundo y porque si no las usan los jóvenes pueden quedar excluidos, pero hay que tener unas normas y tenemos que conseguir, a través de la educación, que sean conscientes de los riesgos que tiene el uso de las redes sociales”, por lo que concluía que “no estamos atrapados, estamos desamparados”.
Opina que las redes sociales “polarizan la sociedad” y “son un reflejo de lo que vemos en ella” y cuenta que “jamás una compañía que está detrás de las redes sociales nos ha mandado nada sobre delitos que ellos saben que se están cometiendo, son testigos y se lo callan, a nosotros nos llegan cosas a través de los padres o de otros cuerpos policiales”. David García Marín, profesor de Periodismo de la Universidad Rey Juan Carlos, empezaba dejando muy clara la necesidad de “una asignatura propia e independiente cuanto antes y desde educación primaria y secundaria”.
Para Marín, existe una coerción invisible al respecto de si estamos atrapados o no en las redes sociales ya que “en principio somos libres de tenerlas, pero igual no lo somos tanto, si no estás te quedas fuera de las redes de socialización”. Explicaba que la polarización que están creando las redes sociales hace que mucha gente viva “en mundos paralelos” porque solo se informan “en espacios donde se dice lo que quieren leer o escuchar”, y lo ejemplificaba argumentando que, tras varias investigaciones, se han dado cuenta de que el contenido verificado no es tan efectivo como el contenido falso “porque la gente está tan convencida de que esa desinformación es verdad, que, si les dices que no, lo que hace es un efecto contraproducente”.
Por todo ello, subrayaba que las redes sociales “son un problema para la salud en general, no solo mental” y que están llegando a provocar “falta de confianza en las instituciones que trabajan con hechos y con la verdad a través de campañas programadas, y esto es un problema”, uniendo esto con la regularización ya que “si hay desconfianza en las instituciones, cualquier regulación que me impongan la voy a ver como algo malo”. Además, coincidía con los otros ponentes, “es algo complejo de legislar desde el punto de vista conceptual y de establecer límites, hay enormes complejidades”.