Madrugar en Navidad

15/12/2013 - 00:00 Antonio de Miguel Antón

 Despertarte pronto tiene sus pros y sus contras… Lo bueno de madrugar es el silencio y la tranquilidad que se respira; ese silencio de la mañana, curiosamente, parece hablar y escuchar a la vez y crea espacios para la reflexión sincera y honesta contigo mismo. El problema, sin embargo, de despertarte demasiado pronto es que todo es muy oscuro y todos aún duermen… Creo verdaderamente que si queremos cambiar, de una forma real, los defectos estructurales de este sistema, hemos de salir de esta oscuridad en la que vivimos y debemos realizar una verdadera y profunda transformación de la política española y buscar una ley electoral más representativa, más proporcional, más participativa, menos corrupta, con más formas de control del poder que les otorgamos. No cambiaremos todos de la noche a la mañana, pero si no empezamos nunca, nunca cambiará… Y además -paradójicamente- las cosas que no queremos cambiar, que no luchamos por cambiar, terminarán cambiándonos.
 
   “Si escribes hoy día 15 un loco mató diez niños en un hospital. Algunos responderán: oiga que hoy es día 14 no 15.” A veces se presta más atención a lo desenfocado que al foco. Urge otra perspectiva para salir de donde estamos…Necesitamos desenfocar el problema, para después enfocar y obtener una visión más nítida de él. Llega la Navidad, la mayoría de las personas nos pasamos el resto del año mirando sin ver, escuchando sin oír, tocando sin sentir, comiendo sin saborear, oliendo siempre la misma fragancia y hablando sin pensar lo que decimos. Me gusta la Navidad porque se abren los sentidos, se siente más y mejor… Enfocamos más a los demás, nos desenfocamos más a nosotros mismos … Al menos eso me parece a mí. Felices Fiestas.
 
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