Malas noticias en tiempos de crisis

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

Editorial
Las gallinas que han fallecido en la granja de Almoguera padecían influencia aviar del subtipo H7, que no entraña riesgo alguno de contagio entre humanos.
Esa es la principal conclusión que, después del revuelo que se ha armado en todos los círculos provinciales durante el pasado fin de semana, ofrecía ayer el director general de Producción Agropecuaria de la Consejería de Agricultura y Desarrollo Rural, Francisco Martínez Arroyo. Muchos respiraban tranquilos, pero otros no lo hacía tanto. Se trata del sector avícola de la provincia que cuenta con una cabaña de 17 millones de ejemplares. No en vano, de las 130 explotaciones avícolas de la región, 46 están localizadas en Guadalajara. Si se tiene en cuenta que continúan las labores de sacrificio de aves en la granja ‘Segura’ que afectará a las 310.000 aves (aproximadamente, 247.200 gallinas de producción y 61.440 de cría) que estaban allí estabuladas se puede temer que un contagio a otras granjas agravaría la situación de este sector, que es uno de los más importantes de la provincia. Confirmado el foco de la influenza aviar H7 el protocolo se establecieron los radios de actuación. En un radio de un kilómetro es necesario sacrificar a todas las gallinas de todas explotaciones. En este caso no existe ninguna otra explotación en ese perímetro, con lo cual, los avicultores de la zona se salvan, de momento. Sin embargo, en un radio de tres kilómetros es necesario inmovilizar las entradas y salidas de animales vivos y muertos y de los huevos, medida que ya se ha adoptado en dos naves y que viene acompañada de la toma de muestras en esos animales. Del mismo modo se está actuando en aquellas explotaciones que se encuentran en un radio de 10 kilómetros (seis naves), aunque el protocolo en este caso no es tan riguroso; e incluso se decidió también tomar muestras de otras cuatro granjas que se encuentran fuera de este perímetro. Ninguna ha dado positiva. Sin embargo, las pérdidas ya se calculan importantes a pesar de que, desde la Junta, se apoyará a los dueños de las granjas aportando el dinero que les cueste sacrificar y enterrar a las aves. Se trata de un incentivo que no vendrá más que a sufragar una parte de las pérdidas. Malas noticias, en tiempos de crisis.