Manolo y la agencia tributaria
03/10/2014 - 23:00
Me encuentro a un amigo al que no veía desde hace tiempo: Pareces un poco alicaído, Manolo, le digo. -Motivos tengo, Luis ¿Qué te ocurre? Pues que la Agencia Tributaria me ha abierto un expediente sancionador por presunto fraude fiscal -¡Cómo! ¿Tenemos un Jordi Pujol alcarreño? Pues eso es lo que me fastidia y me indigna, que no me trate igual que a él. Explícate para que me entere. Pues verás: como sabes esa agencia es el órgano estatal encargado de la gestión de los impuestos, y se ve que mi declaración del IRPF de hace tres años tenía algún error u omisión. -¿O sea que es verdad que has cometido un fraude fiscal como el ex Honorable catalán? Espera, espera, no te precipites. Por el momento sólo me ha comunicado que declaré casi 800 euros menos, y eso es lo que me reclama. Y creo que lleva razón, y por eso no he recurrido. Pero lo que me jeringa y me irrita es que conmigo tenga una meticulosidad que no he visto con el clan Pujol. Y creo que entre mi posible fraude y el de los pujoles hay diferencia.
El ex Honorable ha ocultado conscientemente en el extranjero muchos millones de euros durante más de treinta años. ¿Y tú, qué has hecho? Pues que al declarar el alquiler de un piso me acogí a los beneficios que la Ley concede a los inquilinos menores de treinta años, y es lo que venía haciendo desde 2008, fecha del contrato. Y no me dí cuenta de que el inquilino había cumplido ya los treinta, y dejaba de tener derecho a ello. O sea que la Agencia tenía razón. Pero no compares ese descuido mío con el delito fiscal confesado por el ex presidente de Cataluña, no averiguado por la Agencia. Y ya lo ves, tan campante por la calle cuando debería estar ya en prisión preventiva y sin fianza. Pero él es Jordi Pujol y yo soy Manolo. Lo que me sulfura es esa diferencia de trato. Y encima, el tío parece que se ha dignado descender a comparecer en el Parlament, niega que sea un corrupto y ha abroncado a los que le preguntaban por su desvergüenza. Te digo que eso de que Hacienda somos todos es un cuento. Por lo pronto, a mí no me sale nunca a devolver mi Declaración del IRPF, y a la mujer de Jordi Pujol, sí. Y a él quizá también porque sus muchos millones fuera de España no los declaraba. Todo el mundo sospechaba sus chanchullos y los de sus hijos, y seguramente también la Agencia Tributaria, pero no los investigaba. Pero a mí, sí. Así que dime si no tengo razón al cabrearme.