Maribel Verdú y Alberto San Juan, reconocidos como los mejores actores

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

Por: CH. L MONJAS. COLPISA
A Maribel Verdú la vida le ha dado muchas cosas, también premios. El último ha sido el Goya, trofeo al que era eterna candidata que por fin se llevó a casa por una historia que le tocó personalmente, 7 mesas de billar francés, dirigida por su buena amiga Gracia Querejeta.
Espectacular en un diseño plateado de Alberto Ferreti, la conocida actriz madrileña recogió un galardón que no se esperaba y se fue a celebrarlo con el equipo de la película, por lo que este lunes su voz está un tanto perjudicada.
“Estoy tan feliz, tan contenta. Me ha hecho mucha ilusión tener este premio por uno de los papeles más difíciles que me han dado y que tanto me ha aportado. 7 mesas... me ha dado tantas cosas...”, reitera la Verdú, que quiere saber cómo reaccionaron los periodistas cuando oyeron su nombre. “¿Es verdad que os pusisteis a gritar y hubo aplausos?”, pregunta la madrileña, toda una veterana a pesar de su edad, 37 años, que insiste en que ella estaba muy relajada “porque, de verdad, no lo esperaba”, reitera.
Verdú se equivocó y ganó la partida a Belén Rueda, Emma Suárez y a la que ha sido su compañera de fatigas en esta producción, Blanca Portillo. “Cuando me nominaban, todos me decían que me lo iba a llevar y luego nada. Pensé que esta vez sería igual. Creo que es el reconocimiento a los muchos años que llevo en la profesión –casi dos décadas-. Ha sido por todos lo que he hecho. No creo que este Goya se traduzca en más trabajo, es más un premio para una misma, por la autoestima que te da”, confiesa.
Y de la mejor actriz de 2007 al mejor actor, Alberto San Juan, que se impuso a los veteranos Alfredo Landa y Alvaro de Luna, y también a Tristán Ulloa, por dar vida al trompetista vividor de Bajo las estrellas, la ópera prima de Félix Viscarret. “No hay que plantearse esta ceremonia en términos generacionales, sólo son maneras distintas de contar las cosas. El sentido último de los premios es darle vidilla a la profesión y promocionar las películas”, apuntó.
San Juan, que tiene pendiente el estreno de Casual Day y Gente de mala calidad, puso la nota política a la ceremonia al pedir “la disolución definitiva de esa cosa llamada Conferencia Episcopal”.