Mirando al cielo
12/06/2014 - 23:00
Aunque vivamos en la sociedad de la comunicación y la globalización, la más avanzada tecnología y los modernos aparatos, hay realidades que no cambian con el paso de los años y de las generaciones. La gente necesita alimentarse, su maná sale del campo y las cosechas dependen en gran medida de las condiciones climáticas que escapan al poder humano. Los agricultores, ya no con arado romano sino con los tractores y las segadoras más punteras, tienen que mirar al cielo por lo perjudicial o beneficioso que puede ser que llueva mucho o nada y estar a expensas del termómetro, aunque por los seguros agrarios ya no sufran las angustias de antaño. Este año el tiempo no ha sido el mejor posible y las altas temperaturas de abril y las pocas precipitaciones de mayo han llevado a una pérdida en las cosechas de cereal respecto al ejercicio anterior estimadas en alrededor de un 40%, dependiendo de las zonas de la provincia. Lo que sí está en manos del hombre es aprovechar al máximo el agua que la naturaleza le brinda. Lo contrario es una pena y una vergüenza como decía esta misma semana Antonio Zahonero, presidente de los agricultores y ganaderos provinciales.
Se refería a la demanda de conexión de las cuencas del Sorbe y el Bornova para que el agua que no se puede almacenar en Beleña se derive a Alcorlo. Hay que recordar que en la actualidad, en los inviernos, se está tirando o desembalsando, como se llama técnicamente, por la poca capacidad de Beleña y en verano falta agua cuando los agricultores y la propia industria la necesitan. La obra se ha pedido varias veces, incluso como alegación al Plan de Cuenca del Tajo, y parece que se avanza en dicho sentido, pero no llega a concretarse. APAG, MAS y CEOE han dado otro paso adelante y han firmado un documento conjunto para enviarlo al Gobierno regional para contando con su apoyo remitirlo después al Ministerio de Alimentación, Agricultura y Medio Ambiente. Es una petición tan lógica como entender que no se puede desperdiciar algo que se precisa y que se echa de menos en otros momentos. Es ir contra el propio desarrollo. Qué se estudie como evitar que la obra pueda impactar en el medio ambiente si es que es esa la excusa, pero que de una vez se actúe y también sobre los regadíos de Cogolludo.