Moléculas sintéticas consiguen tratar enfermedades autoinmunes en ratones
26/12/2011 - 13:16
Un equipo de científicos del Instituto Weizmann de Israel le ha dado la vuelta a la enfermedad de Crohn o la artritis reumatoide, enfermedades en las que el sistema inmunológico ataca por equivocación a los tejidos del cuerpo. En concreto, han logrado engañar al sistema inmune de unos ratones centrándose en uno de los principales actores en los procesos autoinmunes, una enzima conocida como MMP9. Los resultados de su investigación aparecen en 'Nature Medicine'.
El profesor Irit Sagi, del Departamento de Regulación Biológica, y su grupo de investigación han pasado años buscando la manera de bloquear a los miembros de la familia de enzimas llamadas metaloproteinasas de matriz (MMP). Estas proteínas son esenciales para la movilización de la proliferación celular y la cicatrización de heridas, entre otras cosas.
Sin embargo, cuando algunos miembros de esta familia, especialmente los MMP9, están fuera de control pueden ayudar a las enfermedades autoinmunes y apoyar la metástasis del cáncer. El bloqueo de estas proteínas podría conducir a tratamientos efectivos para una serie de enfermedades.
Originalmente, Sagi y otros habían diseñado moléculas sintéticas para dirigirse más directamente a las MMP. Sin embargo, estos medicamentos han demostrado ser herramientas con efectos secundarios muy graves. Normalmente, el cuerpo produce sus propios inhibidores de MMP, conocido como TIMPs, como parte del estricto programa regulatorio que mantiene a estas enzimas a raya.
A diferencia de las drogas de síntesis, estas nuevas moléculas trabajan de una manera muy selectiva. Cada TIMP tiene precisamente un brazo con mayores posibilidades de alcanzar una hendidura de la enzima que protege la parte activa cerrándola como un corcho ajustado. "Desafortunadamente", dice Sagi, "es muy difícil reproducir esta precisión sintéticamente".
La doctora Netta Sela-Passwell comenzó a trabajar en un enfoque alternativo como estudiante en el laboratorio de Sagi. En lugar de tratar de diseñar una molécula sintética para atacar directamente al MMP, se trataría de engañar al sistema inmunológico para crear anticuerpos naturales que se dirigieran a la MMP-9 mediante la inmunización.
Al igual que la inmunización con un virus muerto induce al sistema inmunológico a crear anticuerpos que luego atacan los virus vivos, una vacuna MMP engaña al cuerpo para crear anticuerpos que bloquean la enzima en su parte activa.
Se creó una versión artificial del complejo de metal zinc-histidina en el corazón de la parte activa del MMP9. Después, inyectaron estas pequeñas moléculas sintéticas en ratones y después chequearon la sangre de los ratones en busca de signos de actividad inmune contra las MMP. Los anticuerpos que se encontraron eran similares pero no idénticos a los TIMP, y un análisis detallado de su estructura atómica sugirió que trabajan de manera similar.
Como se esperaba, cuando se había inducido a los ratones una enfermedad inflamatoria que imita la enfermedad de Crohn, se impidió la aparición de los síntomas cuando los ratones fueron tratados con estos anticuerpos, llamados "metalocuerpos". "Estamos muy contentos, no sólo por el potencial de este método para tratar la enfermedad de Crohn", dice Sagi, "sino por el potencial de utilizar este enfoque para explorar nuevos tratamientos para muchas otras enfermedades".
El profesor Irit Sagi, del Departamento de Regulación Biológica, y su grupo de investigación han pasado años buscando la manera de bloquear a los miembros de la familia de enzimas llamadas metaloproteinasas de matriz (MMP). Estas proteínas son esenciales para la movilización de la proliferación celular y la cicatrización de heridas, entre otras cosas.
Sin embargo, cuando algunos miembros de esta familia, especialmente los MMP9, están fuera de control pueden ayudar a las enfermedades autoinmunes y apoyar la metástasis del cáncer. El bloqueo de estas proteínas podría conducir a tratamientos efectivos para una serie de enfermedades.
Originalmente, Sagi y otros habían diseñado moléculas sintéticas para dirigirse más directamente a las MMP. Sin embargo, estos medicamentos han demostrado ser herramientas con efectos secundarios muy graves. Normalmente, el cuerpo produce sus propios inhibidores de MMP, conocido como TIMPs, como parte del estricto programa regulatorio que mantiene a estas enzimas a raya.
A diferencia de las drogas de síntesis, estas nuevas moléculas trabajan de una manera muy selectiva. Cada TIMP tiene precisamente un brazo con mayores posibilidades de alcanzar una hendidura de la enzima que protege la parte activa cerrándola como un corcho ajustado. "Desafortunadamente", dice Sagi, "es muy difícil reproducir esta precisión sintéticamente".
La doctora Netta Sela-Passwell comenzó a trabajar en un enfoque alternativo como estudiante en el laboratorio de Sagi. En lugar de tratar de diseñar una molécula sintética para atacar directamente al MMP, se trataría de engañar al sistema inmunológico para crear anticuerpos naturales que se dirigieran a la MMP-9 mediante la inmunización.
Al igual que la inmunización con un virus muerto induce al sistema inmunológico a crear anticuerpos que luego atacan los virus vivos, una vacuna MMP engaña al cuerpo para crear anticuerpos que bloquean la enzima en su parte activa.
Se creó una versión artificial del complejo de metal zinc-histidina en el corazón de la parte activa del MMP9. Después, inyectaron estas pequeñas moléculas sintéticas en ratones y después chequearon la sangre de los ratones en busca de signos de actividad inmune contra las MMP. Los anticuerpos que se encontraron eran similares pero no idénticos a los TIMP, y un análisis detallado de su estructura atómica sugirió que trabajan de manera similar.
Como se esperaba, cuando se había inducido a los ratones una enfermedad inflamatoria que imita la enfermedad de Crohn, se impidió la aparición de los síntomas cuando los ratones fueron tratados con estos anticuerpos, llamados "metalocuerpos". "Estamos muy contentos, no sólo por el potencial de este método para tratar la enfermedad de Crohn", dice Sagi, "sino por el potencial de utilizar este enfoque para explorar nuevos tratamientos para muchas otras enfermedades".