Molina pide más que voluntad

El Parador de Molina sigue dando juego. La Otra Guadalajara y los vecinos del Señorío no quieren que el proyecto caiga en el olvido y están dispuestos a seguir presionando para que las obras de esta infraestructura empiecen de una vez alejando, así, todos los fantasmas, pasados, presentes y esperemos que no futuros. Después de los vaivenes de declaraciones confusas que la semana pasada ponían, de nuevo, en alerta a los molineses sobre las partidas presupuestarias destinadas a este fin en los Presupuestos Generales del Estado, ayer, la presidenta de la comunidad, Mª Dolores de Cospedal aprovecha su reunión con el presidente del Ejecutivo central para arrancarle un compromiso cierto sobre este proyecto. Rajoy fue claro y conciso diciendo que el Parador “es una prioridad en esta legislatura”. Sin embargo, a estas alturas, y con un retraso de años a las espaldas, estas declaraciones de intenciones no vienen a calmar los ánimos de los que han puesto en el Parador las esperanzas de su futuro de una comarca; ni parece suficiente para los que han convertido este asunto en excusa para la confrontación política. Por eso, se piden plazos. Los primeros con la autoridad que les confiere el incumplimiento político de una promesa lanzada por Rodríguez Zapatero en un mitin electoral; los segundos deberían hacerlo con la boca pequeña por aquello de que, en otras épocas, ya vendieron las obras con la presentación de la maqueta y la puesta de la primera piedra sin que hasta el momento se haya hecho nada. Lo que es cierto es que los buenos propósitos existieron y siguen existiendo, de ahí que  para despejar dudas habría que dar ya un paso en firme para el inicio de las obras, aunque a juzgar por la situación económica que atraviesa el país, todo apunta a que no será algo inmediato.