Muchos remojones y algún revolcón en el Gran Prix

14/09/2012 - 00:03 Jaime Valladolid



El Grand Prix es sinónimo de diversión en la Ferias y Fiestas de Guadalajara y si no que se lo pregunten a los jóvenes que participaron y a los espectadores que no pararon de reír durante las dos horas y media que duró el espectáculo.


  Minutos antes del comienzo, las peñas ya ponían la nota musical al festejo a ritmo de los éxitos del verano. Mientras tanto, los mozos calentaban junto a la barrera. Las pruebas estaban a punto de comenzar. Y como entrante, la pasarela de aguadores. Los habilidosos peñistas tenían que pasar corriendo portando dos cubos de agua por una plataforma resbaladiza. Los porrazos no tardaron en llegar. Finalmente, y nunca mejor dicho, el que se llevó el gato al agua en esta primera prueba fue el equipo amarillo, precisamente los que la inauguraron. Más de 20 litros de agua consiguieron transportar hasta el bidón del otro extremo.

  Las vaquillas saltaron al ruedo de Las Cruces en la segunda prueba, en la que los participantes debían atraer a la vaca hasta un balancín para que sus compañeros la saltasen por encima. El primer revolcón se lo llevó uno de los miembros del equipo naranja, Lozano, que terminaría imponiéndose en la prueba. La gran puntería de los participantes quedó demostrada en la tercera prueba de la tarde, en la que los jóvenes debían derribar con unas bolas gigantes las fichas de dominó de sus contrincantes guiándose por la voz del speaker, que se encargó de guiar a sus compañeros. El equipo que más fichas tiró fue el rojo, que se ponía por delante en la clasificación.

  Las vaquillas volvieron a ser protagonistas en la siguiente prueba, en la que los participantes, ayudados de unas canaletas, debían transportar unas pelotas de tenis hasta la barrera, esquivando las embestidas de la res. La gloria fue nuevamente para el equipo rojo, que quedó empatado con el verde. La penúltima prueba, los rodillos locos, consistía en atravesar una pasarela con obstáculos giratorios sin caerse.

  El equipo que más participantes logró llevar hasta el otro extremo fue el rojo. La última y definitiva prueba fue la del pañuelo mareado. Los participantes, tras girar sobre sí mismo varias veces, debían correr hasta el monitor que portaba el pañuelo. El equipo rojo, demostrando su hegemonía, se llevaba la prueba y esta edición del Grand Prix.