Muere don Manuel
Era un sábado del pasado mes de junio, sobre las cinco de la tarde y sonó el teléfono en la redacción. Era Manuel Criado de Val. Me dijo que se encontraba bien, aunque mayor, y que esperaba poder asistir al Festival Medieval de Hita para el que cada año escribía una nueva obra.Días antes le había pedido una colaboración en el libro sobre el 75 aniversario que publicaría en septiembre nuestro periódico. Fue mi último contacto con él. Estuvo, varias veces, don Manuel, en el acto de los Populares de Nueva Alcarria, distinción que recogió en más de una ocasión siendo el conferenciante invitado en una de las primeras ediciones. Su pluma fue regalo para las páginas de este periódico cuantas veces se lo solicitamos. Era un intelectual, un hombre que continuó estudiando, investigando, aprendiendo y enseñando hasta el final de sus días la lingüística castellana y la literatura medieval. En los últimos tiempos, nos contaba nuestro común amigo el alcalde de Hita, José Ayuso, dictaba sus reflexiones a un secretario. Las fuerzas le iban fallando, la salud era cada vez más delicada, pero su cabeza permanecía activa y sus proyectos seguían haciéndose realidad, ejemplo de tesón y dedicación. 97 años de vida dan para muchos libros, publicaciones, clases magistrales de un profesor que fuera de Universidad (doctor en Filología), para investigar en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, para dirigir el Patronato Internacional Arcipreste de Hita, promover estudios de Caminería Hispánica Su aportación a la cultura es imposible de extractar en tan pocas líneas de texto. Si queremos, al menos, resaltar su caballerosidad, elegancia y extraordinario trato, también, con sus alumnos y colaboradores. Mi hermana, licenciada en Filología Hispánica, tuvo la suerte de escribir en uno de sus libros y conocer un poco más de cerca la figura de este sabio al que recuerda con cariño y agradecimiento, mismos sentimientos que debemos expresar desde Nueva Alcarria. Muchos honores recibidos en forma de distintos reconocimientos hacen algo de justicia, no la que mereció, algo extraño, con un personaje digno de admiración. Que descanse en paz.