Ni ‘Lironcito’ pudo salvar la corrida de Valdefresno
Orejas para Curro Díaz y Perera en una tarde condicionada por una mansa y aquerenciada corrida de Valdefresno.
Falló la corrida de Valdefresno en el día grande la Feria. Tan sólo el toro que abrió plaza, enlotado por Curro Díaz, fue un espejismo que, en la apertura de la tarde, hizo concebir óptimos derroteros. Fue el prólogo de un acto que, toro a toro, capítulo a capítulo, fue desmoronándose. En el sorteo de la mañana el infortunio de Paco Ureña pesaba en el ánimo y en el lote de Perera cayó un ‘Lironcito’ como nombre emblemático de esta ganadería. Veintidos años de aquel hito en que Ponce se consagró en Las Ventas con ‘Lironcito’. Faena inolvidable en la memoria histórica del aficionado. No honró el toro por la tarde tan prestigioso nombre y ni siquiera su honorable reata salvó una infumable corrida de principio a fin. Otra sangre, otros genes, que explican la dificultad de la selección ganadera en la cría del toro bravo.
Torería de Curro Díaz
Abrió plaza Curro Díaz con el acapachado y carifosco primero. Las manos por delante en el capote no hacían presagiar su clase en el último tercio. Rompió el toro en la muleta del linarense y los doblones de obertura destilaron torería. Las virtudes del ‘valdefresno’, prontitud y nobleza, las aprovechó Curro. La distancia en el primer muletazo aseguraba la inercia de los siguientes. Las tandas cortas. Los tiempos y espacios como clave. De bella factura y composición surgieron los derechazos que vertebraron el conjunto. El pinchazo previo a la estocada redujo el premio a una oreja. Después, en el siguiente turno, se las vería Curro con un toro que ya en banderillas apretaba hacia tablas. Soltaba la cara y el torero tiró de oficio en una labor que no pudo llegar a coger vuelo.
‘Lironcito’ cayó, ya está dicho, en el lote de Perera. Armónico en las líneas y bien hecho el toro. A pies juntos fue la salutación. Reservón y parón fue la condición y Perera no claudicó en su intentó de exprimir cualquier posibilidad. Con la cuchara entregada, achicó espacios hasta entrar en los del toro y tragó parones escalofriantes. Los pitones lamieron las femorales. La estocada, un tanto defectuosa, dio paso a una petición mayoritaria desatendida por el palco. Fuerte fue la bronca para Toquero, que hubo de tragar quina. La oreja llegó con el que hizo quinto, que no fue mejor. Fue éste un toro, además, áspero e incierto. La faena se acabó resolviendo al abrigo de las tablas en espacios inexistentes. Curiosamente, esta vez el pinchazo no fue óbice para asomar el pañuelo.
Inédito quedó, de nuevo, López Simón en su segunda feria en esta plaza. Su primero se desentendió de la muleta y ‘cantó la gallina’ hacia chiqueros. No lo vió claro el de Barajas y abrevió. Se cubrió el cielo de nubes negras en el último tramo del festejo y relámpagos y truenos avisaban la salida del sexto. Contagiado de la tarde y de la atmósfera, tampoco esta vez se dió coba Simón, que rápido cambió el estoque simulado por el de acero. Ante el riesgo de la lluvia, el público lo agradeció.
Plaza de toros de Las Cruces. Tercera de abono. Tres cuartos de entrada en los tendidos. Preside el festejo Fernando Toquero asesorado por Alfredo Ramos.
-Toros de Valfresno. Corrida desigual de hechuras. Mansa y con muy acusadas querencias. El primero, pronto y con nobleza, desarrolló buena clase en el tercio de muleta.
-Curro Díaz (azul pavo y oro). Pinchazo y estocada caída (1 oreja). Pinchazo, metisaca, pinchazo y estocada (silencio). - -Miguel Ángel Perera (gris plomo y oro). Estocada trasera y tendida (vuelta al ruedo tras petición). Pinchazo y más de media estocada (1 oreja).
-López Simón (azul rey y oro). Estocada trasera y descabello (silencio). Estocada tendida y trasera y dos descabellos (silencio).