No estaban los ganaderos
03/04/2012 - 17:16
Sr. Director
En la huelga general no estaban los ganaderos. Y no es que nuestros ganaderos no estén atravesando su particular crisis económica, que lo están como cualquier otro profesional autónomo, ni que se hayan olvidado del sentido solidario de clase, que tampoco lo han hecho. Lo que ocurre es que las circunstancias mandan y en un trabajo que exige una presencia física en la explotación las veinticuatro horas del día, los siete días de la semana y los doce meses del año, no se pueden hacer excepciones.
¿Las causas? El ganadero no puede ir a la huelga, primero, porque no puede dejar abandonada su explotación ya que a las vacas, por ejemplo, hay que alimentarlas y ordeñarlas todos los días al menos dos veces, algunos lo hacen tres. Además, era una huelga con la que no está de acuerdo puesto que no va a arreglar la situación, sino complicarla más todavía ya que, sin hacerla, le puede originar graves perjuicios si quien la hace es alguien relacionado con su trabajo, como es el caso, por ejemplo, de los veterinarios, los proveedores y, sobre todo, los camioneros que recogen la leche o los animales que van al matadero en las distintas granjas, puesto que no olvidemos que estamos hablando de un producto perecedero.
Hay que tener en cuenta que un tanto por ciento muy elevado de las explotaciones que existen en España son de carácter familiar y no hay personal suficiente para garantizar lo que en otros sectores de la industria i servicios se llaman servicios mínimos.
Las prueba de que es ésta la principal causa del por qué los ganaderos no estuvieron ayer en huelga la encontramos en que ni siquiera pueden acudir a las protestas organizadas por su propio sector para reivindicar su situación y denunciar sus problemas. Una situación compleja la que vive el hombre del campo español: ni estás satisfecho, ni puedes protestar.
En la huelga general no estaban los ganaderos. Y no es que nuestros ganaderos no estén atravesando su particular crisis económica, que lo están como cualquier otro profesional autónomo, ni que se hayan olvidado del sentido solidario de clase, que tampoco lo han hecho. Lo que ocurre es que las circunstancias mandan y en un trabajo que exige una presencia física en la explotación las veinticuatro horas del día, los siete días de la semana y los doce meses del año, no se pueden hacer excepciones.
¿Las causas? El ganadero no puede ir a la huelga, primero, porque no puede dejar abandonada su explotación ya que a las vacas, por ejemplo, hay que alimentarlas y ordeñarlas todos los días al menos dos veces, algunos lo hacen tres. Además, era una huelga con la que no está de acuerdo puesto que no va a arreglar la situación, sino complicarla más todavía ya que, sin hacerla, le puede originar graves perjuicios si quien la hace es alguien relacionado con su trabajo, como es el caso, por ejemplo, de los veterinarios, los proveedores y, sobre todo, los camioneros que recogen la leche o los animales que van al matadero en las distintas granjas, puesto que no olvidemos que estamos hablando de un producto perecedero.
Hay que tener en cuenta que un tanto por ciento muy elevado de las explotaciones que existen en España son de carácter familiar y no hay personal suficiente para garantizar lo que en otros sectores de la industria i servicios se llaman servicios mínimos.
Las prueba de que es ésta la principal causa del por qué los ganaderos no estuvieron ayer en huelga la encontramos en que ni siquiera pueden acudir a las protestas organizadas por su propio sector para reivindicar su situación y denunciar sus problemas. Una situación compleja la que vive el hombre del campo español: ni estás satisfecho, ni puedes protestar.
