No más muertos en centros de menores

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

Cartas al director
Valentín Garrido Martín / Responsable de Movimientos Sociales de IU de Azuqueca de Henares
Incomprensible, indignante, increíble. Se acaban los calificativos para definir la sensación que me invade cuando me he desayunado leyendo en la prensa que otra menor había puesto fin a su vida, que había decidido terminar con una existencia de desamparo a pesar de estar en un recurso que en teoría debía garantizar su protección.
Me pregunto cómo sería su vida para saltar de una furgoneta en marcha y terminar con todo. Llevo algunos años trabajando como educador con menores y creo que un menor no decide terminar con su vida así como así.

No quiero usar este tema para hacer política pero sí quiero reflexionar sobre unos cuantos interrogantes que me asaltan en este momento. ¿Ahora qué? ¿Quién asume la responsabilidad? ¿Para qué ha servido el informe del Defensor del Pueblo donde se denuncian las malas prácticas de los centros de O´Belen como Casa Joven, centro en el que residía de manera interna la joven fallecida? ¿Para cuándo las instituciones públicas se quitarán la venda que les ciega y se decidirán a cerrar los centros de menores que esta fundación gestiona? ¿Cuántos jóvenes deben suicidarse en Casa Joven o en el Picón del Jarama para que se investigue el funcionamiento de estas instituciones? ¿Quién tiene la culpa? Desde luego, los responsables no pueden ser los educadores que trabajan en turnos maratonianos por salarios ínfimos que están muy lejos de compensar las responsabilidades que deben asumir. ¿Cuándo se va a analizar la inestabilidad de la plantilla laboral de estos centros?
Desde mi punto de vista hay una responsabilidad manifiesta de las administraciones que asumen la tutela de menores sin conocerlos y que, sin tener en cuenta el informe del defensor del pueblo, mandan chavales a centros de protección o reforma que están bajo sospecha de graves irregularidades.

También es culpable de esta situación la sociedad en la que vivimos, la sociedad de las prisas, de los niños llave y del tome mi hijo y edúquelo que yo no tengo tiempo. Esta sociedad que ya no cree en la educación y que la ha devaluado hasta el límite.

Otro culpable de esta situación es la política social del beso y de la foto que se olvida de lo realmente importante que es desarrollar acciones claras de carácter social. Existe una falta de criterio a la hora de conveniar los centros de menores y de financiar proyectos, dándose el caso de centros que funcionan con remanentes porque las partidas destinadas no acaban de llegar nunca.

Es doloroso estar cerca de los chavales y pensar que para mucha gente no valen nada y que los recursos que deberían protegerles se convierten en infiernos.

Pido como medida cautelar que los usuarios y los educadores de los centros de menores gestionados por la fundación O´Belen sean reubicados en otros centros. Espero que se haga justicia, que las muertes de jóvenes en centros de menores no se repitan y que los responsables sean cesados de manera inmediata.