Novísima alcarria
02/10/2014 - 23:00
Se celebró el pasado martes, en un emotivo acto, el cumplimiento de tres cuartos de siglo, ahí es nada, del periódico Nueva Alcarria Por estas páginas han transcurrido buena parte de la reciente historia de Guadalajara y sus comarcas. Y han sido testigo de innumerables acontecimientos; magnos y cotidianos, sucedidos en la capital o en cualquier rincón de una provincia tan grande en tamaño y municipios, lo que lo hace más meritorio. Sorprende tras la correspondiente reflexión, cómo un grupo humano tan reducido ha podido ser durante tanto tiempo correa de transmisión, de permanencia e identidad de la propia realidad, del pasar de los tiempos y, en definitiva, de nuestras propias vidas: Si no lo cuenta Nueva Alcarria, es que no ha pasado, se comentaba con acierto. Cómo no, también tuvo la ocasión de contarnos el período más emocionante de su larga vida, como fue la Transición. Todavía recuerdo emocionado cómo consultaba en sus páginas los resultados en la capital y resto de los municipios de las primeras elecciones democráticas tras la dictadura (claro, no había internet). No en vano, Nueva Alcarria nos estaba contando también sus primeras elecciones democráticas. El periódico evolucionó como lo hizo la sociedad española, en un mimetismo recíproco entre sus lectores y el medio. Probablemente haya sido ése uno de sus principales éxitos, ser el espejo natural de las gentes que lo leían y se informaban. Independiente y próximo. Sacudido de cualquier tendencia o manipulación. Naturalmente objetivo. Y ese sello lo mantiene en la actualidad. También el periódico nos ha tenido que contar las noticias más amargas de los últimos tiempos. Del aumento del paro, de las dificultades de las familias y de las empresas, del agobio social y, al fin y al cabo, de la crisis que, como no podía ser de otra manera, ha vivido en sus propias carnes. Por eso tiene tanto mérito su última época. En la apuesta del Grupo Rayet por Nueva Alcarria en mi opinión, ha pesado más la responsabilidad que la oportunidad, y la conciencia social más que el negocio. Créanme, hoy en día un periódico de papel es todo menos un negocio. Pero la apuesta ha sido por el futuro. La provincia de Guadalajara necesita un medio que nos siga comunicando, que nos siga informando, que nos permita la reflexión tras la opinión (por estas páginas también han pasado y pasan las mejores plumas a nivel nacional y provincial), la transmisión de cultura, de nuestras tradiciones y singular folclore, de nuestro riquísimo patrimonio artístico y natural, de todos los acontecimientos deportivos, los más relevantes o los que se celebran en cualquier pequeña localidad. Necesitamos ese medio que palpe y luego nos cuente esa tan prolija realidad. Y eso sólo lo puede hacer un periódico en soporte de papel. Hoy será papel, mañana serán láminas de grafeno, pongo por caso. Pero necesitamos ese soporte.
También me consta el esfuerzo que Nueva Alcarria está realizando para introducirse en nuevos canales que complementen su oferta actual. El reto es apasionante. Y no tengo la más mínima duda de que alcanzará, una vez más, el protagonismo que ha tenido en toda su larga vida. Por eso brindo por otros 75 años de información, porque deseo que nuestros nietos también tengan la suerte de tener un medio cercano, próximo, que les ayude a conservar su identidad a través de la lectura y la reflexión. Que les arraigue a los mejores valores heredados de sus ascendientes y les evite, o al menos les advierta, de los riesgos que supone informarse sólo de un efímero enlace en la web, de la veleidad de un limitado comentario en la red o de la superficialidad de un trending topic. Que no digo que no tengan su utilidad, pero que siga existiendo Nueva Alcarria para que entiendan que una y otra forma de informar pueden convivir porque hay una más completa, más culta, serena y reflexiva. La que les hará ciudadanos libres, por independientes, de una novísima Alcarria.