Nueva campaña electoral

La incorporación de la publicidad electoral en las calles y medios de comunicación y la petición directa del voto serán prácticamente las únicas consecuencias del inicio oficial de la campaña que tuvo lugar a las 00.00 horas de este viernes con la tradicional pegada de carteles, porque en la práctica ya hemos asistido a varios debates, mítines y un sinfín de entrevistas a los candidatos a la presidencia del Gobierno. Podríamos decir que en lugar de comenzar lo que hace la campaña electoral es enfilar su recta final hacia una cita llena de emoción, suspense, interrogantes y de gran importancia para el futuro de nuestro país. La cita del 20 de diciembre es especial y desconocida en nuestra democracia. Ya no se trata de elegir entre dos formaciones políticas sino que el abanico se extiende sobre todo a una tercera cuyo crecimiento parece grande, sobre todo desde las recientes elecciones en Cataluña. La situación es reveladora. Formaciones políticas con cierto bagaje político y representación en el Congreso de los Diputados, apenas tienen ya eco y parecen próximas a su desaparición, mientras otras, que todavía no tienen escaño, protagonizan la vida política con la aceptación de toda la sociedad y de los dos partidos mayoritarios. Partido Popular y Partido Socialista serán las dos formaciones con mayor número de votos y diputados en el futuro arco parlamentario. La incógnita es saber hasta dónde llegará Ciudadanos, al que algunas encuestas, incluso el CIS, atribuían esta misma semana un diputado en Guadalajara y cuya postura poselectoral será determinante para la formación del nuevo Ejecutivo en un marco sin mayorías absolutas, en el que no se prevé un gobierno de coalición sino de pactos concretos. Hay más jugadores sobre el tablero. Unos disputarán la partida con la ventaja de estar mejor estructurados y tener mayor experiencia. Otros se beneficiarán de su carácter inédito y por tanto libre de vicios y errores. Estabilidad y seguridad frente a renovación o revolución. en un momento en el que España necesita de un gobierno fuerte ante los problemas políticos y económicos que nos acechan.