Nueva reforma educativa

06/05/2013 - 00:00 Redacción

 
 
Son ya muchas las reformas que la Educación ha sufrido en nuestro país y todas ellas, estudiadas y ejecutadas por los gobiernos socialistas y populares que se turnan en el poder, han tenido varios denominadores comunes. El primero, la imposición de criterios sin tener en cuenta la opinión de la comunidad educativa y del otro gran partido. El segundo, el cambio de nombres, formas, requisitos… para variar todo y aportar confusión. El tercero, y peor de todos, la falta de resultados. Hay excelentes profesores en la enseñanza pública de nuestro país, con formación, capacidad e interés, y sin embargo el fracaso escolar, el absentismo y la comparativa con el resto de los países de la Unión Europea resultan deprimentes. A todo esto se une en estos últimos tiempos una crisis que obliga a recortes presupuestarios en becas, ayudas, suplencias o número de alumnos por clase. Si en tiempos de bonanza no se acertó ni regalando ordenadores a cada alumno, en época de austeridad, cuando falta hasta para el comedor, los libros o el transporte, la tarea se hace aún más compleja.
 
  En toda esta vorágine, no exenta de valor y confianza en sí mismo, el nuevo Gobierno propone la LOMCE o Ley de Mejora de la Calidad Educativa con un preámbulo y una declaración de intenciones encomiable, pero que ya desde su anteproyecto no gusta a algunos sindicatos, profesores, padres y alumnos que ponen pegas, algunas de carácter técnico, otras más valorativas, pero todas dignas de ser escuchadas y parte de ser tomadas en consideración. Oyendo al PP que defiende lo que hace, a los sindicatos que les parece mal muchos de los puntos y a parte del profesorado y alumnado –todo él debería pronunciarse–, queda claro que cada cual tiene su porción de razón y sentido común. Aún no precisando por su mayoría absoluta del acuerdo de las fuerzas políticas y sociales, sólo por la experiencia del pasado, pensamos, el Gobierno debería escuchar y atender inquietudes. Si no, tras ésta serán otras las leyes que sigan haciendo polvo la educación en nuestro país y en las nuevas generaciones está el futuro. Reflexión.