Los profesores salían ayer de nuevo a las calles. No era sólo en Castilla-La Mancha también hubo protestas en otras nueve comunidades que han apostado por empezar a aplicar la austeridad por la Educación. Después del éxito conseguido por los sindicatos en la convocatoria de la semana pasada, logrando movilizar a más de 800 personas en Guadalajara capital, los recortes se convirtieron en la principal excusa, aunque las protestas van mucho más allá. Los sindicatos han dejado claro que su malestar no se produce por trabajar dos horas más semanales, si no porque ese aumento de dos horas implica que se marchen 1.000 docentes a la calle. Concretamente, estos recortes significan que se dejarán de contratar, según los sindicatos, a 844 profesores en la enseñanza secundaria y otros 360 en primaria. Y aseguran que al haber menos profesores, habrá menos prestaciones de servicios, por lo que las actividades de carácter interno como apoyos, refuerzos, desdobles y atención a la diversidad, dejarán de prestarse en los centros docentes de la región. La crisis no perdona, y como es lógico a menos presupuesto, menos prestaciones. Consciente de ello, y ante el enconamiento del conflicto, la Consejería de Educación, Cultura y Deportes ha enviado, a todas las centrales sindicales del sector educativo una propuesta concreta de calendario de negociación para abordar, conjuntamente, los asuntos esenciales del modelo educativo. La primera cita, de esta oferta para el diálogo, será el próximo martes y el objetivo es hablar de asuntos como el funcionamiento de los centros, el calendario escolar, las ayudas a la formación o los concursos de traslados, entre otros. Quizá el ofrecimiento llegue tarde, quizá se podría haber evitado un inicio de curso tan convulso, o quizá, de cómo sea la respuesta de los representantes de los profesores a este ofrecimiento institucional, dependa la credibilidad de sus argumentos. Lo cierto es que tanto una como otra parte deberían acercar posturas para que el periodo lectivo retome cierta senda de normalidad.