Oportunidad histórica
La celebración de la Misa en la Plaza de Cibeles fue el punto de no retorno de la JMJ. Los jóvenes de todo el mundo llegados a Madrid han entrado de lleno en un acontecimiento que ha atrapado de lleno a la ciudad. Está claro que la naturalidad con la que los peregrinos se pasean por las calles de la capital de España, la alegría que respiran y el profundo espíritu cívico del que hacen gala esté consiguiendo interpelar a propios y extraños. Así es, y no podía ser de otro modo, dado que el cristianismo tiene pleno derecho de ciudadanía. En una sociedad como la española, secularizada a golpe de timón, y en la que los cambios socioculturales propios de las sociedades industrializadas se han hecho sin la plena conciencia ciudadana, la JMJ está siendo un éxito. Esto es porque los católicos tendrán la oportunidad de poner en el centro de la vida social las verdades de la fe cristiana.