Optimizar los recursos naturales

29/01/2012 - 00:00 Redacción


  No se viven buenos tiempos para la lírica. La temida crisis no deja ningún apartado indemne y la cultura no podía ser menos. En un momento en el que los recortes llegan a capítulos de la relevancia social de la Educación o la Sanidad, poco se podía esperar de que las partidas destinadas a la promoción de la cultura, por parte de las administraciones salieran airosas. Si bien es cierto que en nuestra provincia no quedan pendientes de ejecución grandes infraestructuras culturales, también lo es que la actividad que llena las existentes está sufriendo un importante recorte. El Teatro Moderno o la Biblioteca Provincial no son más que dos ejemplos, aunque lo realmente dramático está llegando a las asociaciones que, gracias al apoyo institucional, llenaban de actividades culturales y eventos múltiples rincones de la provincia. El Certamen Nacional de Teatro Arcipreste de Hita o el club de cine infantil La Linterna Mágica no son más que dos de esas programaciones que tras años de buena acogida, por parte del público, se ven obligadas a echar definitivamente el telón por falta de fondos. Son muchos los que piensan que en época de abundancia, estos eventos tenían su justificación, pero en los tiempos que corren, la cultura se convierte en un “lujo innecesario” que pasa a estar estigmatizado a ojos de los ciudadanos que engrosan las filas del paro o echan el cierre a sus empresas. La crisis económica se está convirtiendo en un brutal espejo que refleja, entre otras muchas cosas, la confusión de nuestros valores, nuestras carencias, la necesidad de modificar radicalmente nuestro modus operandi como sociedad. Pero eso no significa que tenga que desaparecer la actividad cultural, sino que habrá que optimizarla. Por ello resulta necesaria la creación de una gran plataforma cultural que implique a creadores, gestores, empresarios, asociaciones que, en el marco de unos objetivos cualitativos y cuantitativos, elaboren un inventario de lo existente, propongan nuevas necesidades y diseñen un calendario de puesta en práctica de acciones destinadas a mantener el desarrollo cultural, a no dejar morir el tejido existente aunque sea a costa de tener que sacar el máximo partido a los recursos existentes.