Orgasmo a esqueleto quitado

03/12/2012 - 00:00 Santiago López Castillo


 
  Decía mi madre, q. e. p. d., que el mundo está chaveta. Pues no te amuela que una sueca, con lo buenas que están las suecas, salvo excepciones, claro, le gusta acostarse con los muertos, pues, joder, qué fríos me entran. La loca, necrófila, majadera, se ponía con las estructuras óseas, hay que joderse, y, además de cadáveres, coleccionaba huesos, tibias, rodillas y peronés de distinta raza o condición, que incluso los comercializaba; lo último fue la venta al por mayor a un artista de Uppsala, al este de Suecia, que debía de ser un pintor esquelético y macabro. La susodicha, acusada en su país de realizar actos sexuales con un esqueleto, según dictamen de la fiscal Kristina Ehrenborg-Staffas.
 
  Doy este nombre para que esta noticia que comento -me llega de Reuters- no suene a cachondeo (la realidad supera a la ficción o fantasía). La mencionada mujer, con furor uterino a ritmo de samba mortuoria, no se facilita el nombre, da igual, una loca amante funeraria se enfrenta a una pena de prisión “por perturbar la paz de los muertos”. Uno había oído la canción de los muertos juegan al mus; al menos era un entretenimiento sideral del otro mundo. También “La danza de los muertos”. O los muertos no se tocan, nene, obra genial de Álvaro de la Iglesia, quien, a su humor inteligente de “La Codorniz” (vivíamos en la época de Franco), le echaba la cachondez necesaria para provocar el desternillamiento, admítaseme el vocablo. Y ya, más inocentemente, están las expresiones “me muero de risa”, “muerto de risa” o, si la cosa se pone en manos jurídicas, “me cargaron el muerto”, expresión coloquial de no tengo nada que ver con este entierro.
 
  Pero de eso a esta pasional nórdica de la muerte, va un abismo. Orgiástica en estado puro. A la elementa en cuestión la policía la encontró varios CD con los títulos “mi necrofilia”, “mi primera experiencia”, más fotografías de ella participando en actos sexuales con un esqueleto. “Está interesada en la muerte”, apostilla la fiscalía sueca. La mujer tiene 37 años y está desempleada pero se corre, con perdón, con la frialdad del cadáver. ¡Qué gran trabajo! PD.- Una vez terminado el juego, el rey o la reina y el peón vuelven a la misma caja. PD. 2- La victoria de los independentistas sí que son otro muerto para los españoles que sienten España. Mas, que no salga ni de la ultratumba.