Orgullosos de ser docentes
Orgullosos de ser docentes, orgullosos de enseñar, orgullosos de prestar un servicio público vital para la sociedad. Así es como en CSI*F Guadalajara entendemos el sentir de los 3.700 docentes que prestan servicio en la Enseñanza Pública en nuestra provincia. Nos sentimos orgullosos de tener una profesión hermosa que nos permite transformar a esos seres-esponjas que depositan las familias en nuestras manos, en hombres y mujeres formados para el disfrute de la belleza, para continuar el progreso de nuestras sociedades, para formar ciudadanos empeñados en seguir construyendo una sociedad libre y democrática, en definitiva en personas responsables y sensibles ante la marginación, la pobreza y la diferencia. Nuestra profesión es imprescindible en cualquier sociedad avanzada. Quedaron atrás las voces que otorgaban un papel secundario al profesor. Pasaron a la historia los intentos de sustituir al profesor por máquinas, materiales o dinámicas de grupo. Hoy sabemos que sin la complicidad positiva y el convencimiento del profesorado, ni las nuevas tecnologías ni las rimbombantes promesas de los políticos conseguirán producir el cambio educativo que necesita nuestro país. Durante mucho tiempo hemos visto cómo el prestigio de la educación y de la profesión docente ha ido descendiendo hasta llegar a límites difíciles de comprender en una sociedad que está inmersa en la modernización. A los agravios que se han venido cometiendo desde diferentes instancias, tenemos que sumar las graves, por injustas e ilegales, medidas adoptadas por el Gobierno contra los profesores (reducción salarial), aunque lo que resulta más grave es la campaña de desprestigio que estamos sufriendo como profesionales y servidores públicos desde una parte de la sociedad, sin que responsables políticos hagan nada por evitarlo. Al cuestionar la labor docente se están socavando los cimientos de nuestra sociedad, con las terribles consecuencias que ello comporta. La inversión en Educación es muy importante en cualquier país avanzado, de ahí que CSI*F apueste por la Enseñanza Pública de calidad y por la escuela rural, tan importante en una provincia como Guadalajara. Sin embargo la consideración y el respeto hacia sus profesionales se confirma esencial. El desánimo generalizado que se ha instalado en el colectivo docente comenzará a desaparecer cuando vuelva a reconocerse su trabajo. Las Administraciones Educativas deberán esforzarse en colocar la Educación y la figura del profesor en el lugar que le corresponde, a sabiendas de que nada de esto podrá conseguirse desde el ataque y la crítica permanentes. Ahora más que nunca, y para que ese orgullo que sentimos los docentes no se vea nublado por la desmotivación es necesario que se revisen y mejoren sus condiciones laborales, empezando por la aprobación de un Estatuto Docente que regule los derechos y deberes, establezca la carrera profesional, posibilite la promoción vertical y horizontal, contemple la prórroga de la jubilación LOE, mantenga los Cuerpos Nacionales, reconozca la autoridad docente y apueste de verdad por la erradicación de toda violencia en los centros, especialmente la de baja intensidad, que está minando la integridad psíquica y moral de los profesores.