Pagar el pan con criptomonedas


¿Estamos ante una transformación inminente de los métodos de pago en nuestra vida cotidiana?Ya son muchos los establecimientos que aceptan este pago.

Que el mundo está cambiando es algo que no escapa a los ojos de nadie. Y si hablamos en términos económicos y comerciales ese cambio es aún más palpable. Ahora pagamos por Bizum, nuestras tarjetas de crédito están en el móvil y se ha colado en nuestro vocabulario un nuevo concepto con el que todavía no estamos muy familiarizados: las criptomonedas. 

Paseando por Guadalajara escuché a un grupo de jóvenes charlar acerca de las criptomonedas, de sus dudas, de sus posibles beneficios económicos, etc. Ese mismo día, en el telediario comentaban las intenciones del Gobierno de buscar una fórmula de recaudar impuestos con este grupo, cada vez más numeroso, de personas que deciden invertir en un sector en constante crecimiento. Es por ello por lo que llegué a la siguiente conclusión: El mundo se está enfrentando a un cambio cada vez más perceptible pero aún minoritario.

A medida que van pasando los meses cada vez se escucha más una pregunta: ¿estamos ante una transformación inminente de los métodos de pago en nuestra vida cotidiana?

Ya son muchos los establecimientos que aceptan criptomonedas como medio de pago en grandes núcleos urbanos, muchos famosos de hoy en día están invirtiendo en un concepto denominado “Bitcoin” y cada vez más gobiernos reconocen la importancia de estos aspectos respecto a la sociedad del futuro.

Cualquier persona que no esté familiarizada con estos términos probablemente se preguntará: ¿Qué es una criptomoneda? 

Para comenzar, debemos explicar lo básico de todo. Una criptomoneda consiste grosso modo en una unidad de pago al igual que los euros, dólares, pesos, etc. Y aunque entre ellas guarden ciertas similitudes, si nos adentramos un poco más en el concepto observamos que tienen muchas diferencias. La más visible es que mientras un euro es físico, una criptomoneda no lo es (es siempre digital). A su vez, no está regulada por ningún gobierno u organismos financieros por lo que el precio depende de cuántos usuarios estén dispuestos a comprarlas y no de acciones gubernamentales.

El mercado de las criptomonedas ha mantenido una tendencia alcista desde su origen, por lo que una gran cantidad de millonarios han decidido guardar una pequeña parte de su fortuna en Bitcoin como reserva de valor, en parte compitiendo ante la inflación del dinero fiduciario.

Desde mi punto de vista, el sector de las criptodivisas no es simple especulación. No se reduce sólo a un activo digital en el que invertir tu dinero, porque de ser así, corren el riesgo de que pase como con otros activos económicos similares. Creo que el camino que deben llevar las criptomonedas es más a ser un estilo de vida e incluso una forma de aprendizaje respecto a la clara transformación de pagos en todos los ámbitos: desde comprar una barra de pan hasta comprar un bien inmueble. Si esto es así, está claro que de aquí a pocos años se normalizará que desde los más jóvenes a los más ancianos posean una pequeña cantidad de estas divisas para ciertas compras del día a día.