Pan y trabajo, nunca nos falten

10/07/2012 - 00:00 Carmen López




  El mismo día que se anuncia el ingreso a BANKIA de 19.000.millones de euros añadidos a los 4.000 que ya se le ingreso por parte del Estado español, se anuncia en la diputación de Albacete el despido de 24 trabajadores de esta institución. A estos se añaden al inmenso número de despidos que se lleva realizando en toda España y como no y de manera pasmosa en C-LM. ¿Por qué no abrimos los ojos ante la destrucción del Estado de Bienestar, por qué no apoyamos a esos trabajadores que son despedidos por decisión del político que lo ha resuelto ‘en nombre de sus votantes’? Los recortes en gasto y empleo públicos son erróneos y peligrosos, en estos momentos en los que necesitamos crear empleo.

  ¿Por qué no estamos indignados ante los despidos sin indemnización a los asalariados mientras que se siguen despidiendo a esos banqueros que han arruinado sus propios bancos? ¿Por qué no nos encolerizamos con el Estado que esta salvando a las entidades financieras mientras que se destruyen los planes de empleo, se recortan las infraestructuras, se acaba con las inversiones publicas en infraestructuras, servicios sociales? Por más que se empeñen, si el Estado no ayuda a crear trabajo nadie confiara en este país.

  Ya esta bien que determinados políticos echen la culpa a los otros –que, por cierto, en muchas comunidades autónomas eran los mismos- y de que los ciudadanos asumamos los despilfarros con resignación, con despidos, con bajadas de sueldo, con reducciones de jornadas para unos y aumentos para otros pero todos ganando menos. Todos excepto los banqueros, los políticos, las grandes fortunas, etc.. En el año 1975, alguien cantaba, “escuelas gratis, medicina y hospital”, que es donde hoy en pleno siglo XXI regresamos. Volvemos a la etapa anterior de la aprobación de la Constitución Española, ahí están las fechas.

  El conformismo ha anidado en la mayoría de las personas y se está a la expectativa de lo que suceda. Grave error: cuando queramos reaccionar, quizás ya no podamos. Se sigue hostigando por parte de ciertos medios de comunicación y políticos para extender el desprestigio hacia los sindicatos de clase y las personas que estamos en ellos. En el día a día de la lucha, las reivindicaciones, de la exigencia del cumplimiento de los derechos y de los acuerdos, siempre estamos las mismas personas, dicen y repiten, en todas las huelgas, movilizaciones, acompañado a las personas despedidas.

  Es cierto pero pesad en esto: Y si no estuviéramos nosotras y nosotros ¿quién escaria a su lado? Ahora seremos los responsables del hundimiento de la Banca, de la bajada de salarios, de la reforma laboral, de que no haya escuelas rurales, de la falta de medicinas y hospitales… Despertad de una vez, no os quedéis con la cutrez, la pantomima, lo fachoso, el ridículo que intentan despistar desviando la atención de los problemas que día a día nos están desmantelando; arruinando, arrasando a nuestra comunidad y como no, a todas las trabajadoras y trabajadores de esta, así como todos y digo todos los servicios públicos; pues ya sabemos que los básicos para la señora de luto son la beneficencia pura y dura y todo lo que no puedas pagar; Por cierto quien cantaba en 1975 esta canción era Carlos Cano y el estribillo completo totalmente actual al momento presente decía: “Esta es la murga los currelantes que al respetable buenamente va a explicar el mecanismo tira palante de la manera más bonita, y popular sacabe el paro y haiga trabajo escuela gratis, medicina y hospital pan y alegría nunca nos falten que vuelvan pronto los emigrantes haiga cultura y prosperidad”. .

  Por ejemplo, no sería educativo llamar cinco veces al niño para que se levante cuando a la última tiene suficiente tiempo para ir al colegio. Sería más propio llamarle una sola vez con el tiempo razonable y exigirle que se levante, aun a riesgo de que llegue tarde por su culpa. Si se desgasta la autoridad, cada día habrá que ejercerla más intensamente para obtener los mismos resultados y en definitiva será más difícil recuperar el terreno perdido. No es positivo tener ante los educandos una actitud de desconfianza o recriminación constantes.

  Las actitudes desconfiadas por parte de los mayores hacen que el chico empiece a inventarse mentiras, como autodefensa personal. Cuando el chico sabe lo que tiene que hacer es preferible dejarlo en libertad y hacerse el despistado sin decirle nada, dejándole un margen a su propia responsabilidad. Si le hemos dado nuestra confianza y no la utiliza razonablemente, más tarde le dolerá sinceramente habernos defraudado. Por eso es positivo crear en la familia y en la escuela un ambiente de libertad en el que el chico se sienta a sus anchas, sin excesivos controles. No es bueno manifestar incredulidad al chico: la educación debe basarse en la confianza.