Para quien trabajo hoy

20/04/2013 - 00:00 Blanca Gotor

  
  
    Una se levanta por la mañana para ir a trabajar como de costumbre (aunque soy consciente de que puede dejar de ser asi), y claro esta quisiera pensar que puedo disponer del dinero que he ganado, sin embargo cuando pienso en que me gustaría gastarlo, todo comienza a desvanecerse en un momento ,mis propósitos sueños o pretensiones, quedan difuminados en un extraño paquete de pagos, teóricamente para mejoras, de las que me beneficio muy poquito por cierto, entre facturas impuestos luces y sombras chorreo de mas impuestos IVAS IBIS, pipas chicles regalizs, caramelos de menta, confetis (para festejos barios, para niños, niñas, ancianos, tercera segunda y primera edad…) y no se cuantos inventos-impuestos mas.., me doy cuenta de que de mi salario inicial, me queda para dos vermouths al mes y sin demasiados invitados, eso si, compruebo que “la mitad de mi salario” tiene un destino “altruista” y que nuestros gobernantes han sabido invertir sabiamente en diversas empresas de alimentación; predominan las fabricas “de chorizos” y los tenemos de todas marcas y calidades, picante sin picar, poco hecho muy hecho, con ajillo y sin, siempre a la medida del consumidor “al gusto” como dicen por ahí…, y después con la mayor transparencia y amabilidad posible nos cuentan “donde como cuanto y en que” han invertido nuestro dinerito, además encorbatados y sin pestañear nos proponen no bajar el ritmo ni la producción para que nuestro altruismo no se vea mermado, nos especifican que como la cosa esta “recia” mejor trabajar mas a menor precio y sin ponerse enfermo como nuestros ancestros ….
 
   En lo que no han pensado es… que, como en las mejores películas un pequeño gran detalle los acaba traicionando y no se dan cuenta que antes de salir en televisión, han de lavarse la cara y los dientes, porque sino como dicen en mi pueblo “los morriquitales”, los delatan mucho y además como el producto les gusta tantísimo, no se dan cuenta que hasta la ropa coge tufillo.
 
  Así que servidora llega a “su casita” después de trabajar, creyendo que puede disponer de algo de lo ganado con su esfuerzo y comprueba que sin entrar ni tan siquiera a casa, simplemente abriendo el buzón, alguien ha contado ya conmigo, pero sobretodo con mi dinero, con lo cual la palabra “indignación” se me esta quedando algo corta para describir los sentimientos albergados, y encima he de “recordarme” que he de estar contenta porque hoy trabajo, aunque tenga que comprobar que no lo hago para mi, sino para unos pocos desconocidos que han decidido meterse en mi monedero para vaciarlo antes de que yo pueda abrirlo y que en nombre de dios la patria y el rey , me dejan “compuesta y sin novio” como vulgarmente se dice.