Participación ciudadana

27/09/2012 - 19:21 Redacción

¿Por qué no hicimos nada para evitar la desgracia cuando todavía estábamos a tiempo? Esta es la pregunta que se hace el protagonista de la película La era de la estupidez , cuando en el año 2055, la humanidad ya no existe como especie dominante del planeta. “Sabían a principio del siglo lo que iba a ocurrir y no cambiaron drásticamente su modelo de vida”. Para el somos estúpidos al no evitar algo tan evidente.
  Tal vez la especie humana sea incapaz de tomar una decisión que le será buena a largo plazo y la cambie por una a corto plazo, de disfrute inmediato. Nuestro egoísmo, nuestra contradicción y  el cortoplacismo en esta toma de decisiones es tan evidente como preocupante. Lamentablemente esto es lo que que ocurre en la actual crisis del modelo humano, económico, político, social y medioambiental; al menos esta es mi percepción.   ¿Creéis que somos capaces de cambiar? ¿Hay posibilidades reales de que se produzca un cambio en nuestra forma de sentir, de pensar y de hacer? Creo que deberíamos empezar a pensar de manera distinta, a sentir de otra manera y a relacionaros entre nosotros de manera diferente a como lo venimos haciendo. Tenemos que dejar a un lado nuestros intereses personales. Tenemos que ser valientes. Tal vez así, con un cambio radical de conciencia, podamos volver a creer en nosotros mismos. De esta forma, evitaremos que en un futuro, nos llamen estúpidos o nos sintamos estúpidos.
  Llevo unas semanas participando de una idea ciudadana, en defensa y conservación de nuestra naturaleza y de sus especies más desprotegidas. He de confesaros que es difícil organizar y realizar un proceso de participación ciudadana. Hay que tener muy claro qué queremos, para qué, dónde estamos, cómo lo queremos, cual es el plan de trabajo, cuáles son nuestras reglas de juego, cómo se tomarán las decisiones, cuáles son nuestras funciones, responsabilidades etc. A veces con la pasión no es suficiente para crear una red viva de acción ciudadana. Si algo he aprendido de mis 20 años de docente es de la necesidad de programar y planificar en estos asuntos. Los procesos participativos son procesos que requieren de clarificación de ideas y de organización. Y este lo es y en ello estamos.
 Creo que la participación contribuye a una resolución más eficaz de los problemas. La gente ha de ser el principal motor para cambiar las cosas. Y la deliberación, el dialogo, el debate y la toma de decisiones, las herramientas para modelar correctamente ese cambio.   Nuestros políticos, que tanto predican el uso de la participación en realidad la temen y no quieren ni saber, ni oír hablar de una verdadera participación ciudadana. Si no, ¿por qué no han instaurado una verdadera ley de participación ciudadana? Referéndum real, e-democracia, diálogos locales, núcleos de intervención participativa, consejos de ciudadanos y un sinfín de iniciativas legales que podrían proponer.
Islandia para dar forma a su nueva Constitución, la anterior data de 1944 cuando se independizó de Dinamarca, decidió abrir el proceso de elaboración a la participación ciudadana.
Para ello, en noviembre de 2010 se designó un comité de 25 ciudadanos -elegidos entre medio millón de candidatos- que supervisara el proceso constitucional.
Las reuniones del comité fueron transmitidas en Facebook. En 2011, usando las redes sociales, miles de personas hicieron propuestas. 950 ciudadanos fueron elegidos al azar para discutir los ejes de la Constitución e informar en tiempo real mediante Twitter.
En julio del año pasado se aprobó un borrador que fue debatido en las redes sociales y será propuesto a referéndum. En este referéndum, que previsiblemente se celebre este otoño, su contenido será sometido a refrendo popular, aunque la consulta no será para todos los aspectos de los cambios constitucionales propuestos.  
Es sorprendente como otros países van a años luz de nosotros. ¿Donde está la diferencia? En la forma de pensar de la sociedad española y en nuestra clase política. Ahí nada.