Peligra la paz social

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

El comentario
Francisco muro de iscar Periodista
Los sindicatos han empezado a echarse a la calle, con remilgos, sin publicidad, sin convocar a las masas, como para tantear el terreno y para que no les acusen de tragársela doblada. No tienen más remedio. Saben que se juegan mucho en el envite y que pueden perder prebendas.
No parece que estén pensando en los trabajadores sino en sus propias organizaciones. Los empresarios, en una voltereta sin red, han dicho que si se convoca una huelga general, ellos serán los primeros en seguirla. Los policías han tomado la calle como antes se manifestaron los jueces. Los autónomos pueden iniciar medidas en cualquier momento porque lo están pasando mal, lo van a pasar peor y las medidas que ¡por fin!, se iban a poner en marcha para ellos, no entrarán en vigor antes de abril de 2011. Las pymes no descartan paros y cierres parciales como presión contra el Gobierno. La patronal recomienda una subida del 1 por ciento en los convenios, por encima de la inflación actual, y los sindicatos dicen que menos del 2, nada. Así que no parece que vaya a haber acuerdo y hay cinco millones de trabajadores pendientes de negociar sus convenios.
¿Aumentará la conflictividad social? Es posible que empresas y trabajadores acaben poniéndose de acuerdo cuando sobre la mesa se ponga la realidad: continuidad en el empleo a cambio de congelación salarial. Incluso más: ni expedientes de regulación de empleo ni despidos a cambio de más productividad y salarios inamovibles. Pero no conviene tentar a la suerte.
Lo que no hay es un Gobierno que actúe ni diálogo social. Y para cualquiera con dos dedos de sentido común, es incompresible que, con lo que llueve y lo que va a llover, el ministro de Trabajo, desaparecido como sus colegas de gabinete, el presidente de la CEOE y los dos secretarios generales de los sindicatos mayoritarios, UGT CC.OO., estén en sus despachos como si el país marchara como un reloj. Es posible que hablen, pero los ciudadanos no hemos conocido ni una sola idea ni una estrategia ni una medida conjunta para luchar contra una crisis económica que nos va a acompañar al menos durante dos años. Parece como si no fuera con el Gobierno, con los sindicatos, con la patronal o con los partidos.
Los bancos no prestan ni renuevan líneas de créditos a empresarios que han acreditado su solvencia y el 88% de las pymes españolas denuncia tener problemas de financiación. La Bolsa es una ruina. La banca no confía en los empresarios, los empresarios y los ciudadanos no confían en el Gobierno, y los inversores extranjeros no confían en España. Podemos seguir haciendo como que no pasa nada y echando la culpa a los otros, pero 150.000 parados nuevos cada mes, decenas de miles de inmigrantes sin recursos para vivir, un país bloqueado, sin medidas, sin propuestas y sin programa es un aviso de que la paz social puede romperse en cualquier momento.