Pensar correctamente para dominar la vida

10/07/2012 - 00:00 Xus D Madrid



  Cuando no tenemos el dominio sobre nosotros mismos, podemos caer en lo que se podría denominar “una elipse de falta de voluntad personal”, de ello resultan desarmonías, intranquilidad, temor, descontento, insomnio, aturdimiento y por último dependencia de medicamentos y otras cosas, también de personas, credos y dogmas. La clave sin embargo está en el pensamiento y en la forma de pensar, ya que pensamientos contrarios a lo que se podría denominar elevado o divino son pensamientos que incitan a cavilar, puesto que no tienen rumbo fijo y conducen a la división interna, al nerviosismo, a la desunión y el descontento, a la falta de fuerza, a miedos y preocupaciones.

  Por eso pensar correctamente es pensar conscientemente y esto significa: “yo vivo en el presente, no soy más rencoroso ni me lleno de preocupaciones por el futuro. He ordenado mi vida, soy perseverante para conseguir mis metas, planifico pero no tengo temor de si mi plan resulta o no, aunque me esforzare en hacer los preparativos para todo lo que sea necesario.

  Entonces esas fuerzas trabajarán para mí y conseguirán todo lo que sea bueno y necesario”. Esto es pensar conscientemente, esto es vivir en el presente aspirando a alcanzar la meta, pues a través del pensamiento perseverante, consciente, positivo, incrementamos las energías de nuestra alma y también de nuestro cuerpo, con lo cual rendimos mucho más y vivimos más despiertos y conscientes. Pensar positivamente es pensar con vistas a la meta: lo que hacemos, lo hacemos completamente. Pensar conscientemente significa sentir y querer, ambas son fuerzas inconmensurables si las ponemos al servicio del Espíritu. Pensar conscientemente significa: en lugar de pensamientos negativos de dudas, cansancio, enfermedad, irritación o preocupación, anteponemos pensamientos de esperanza que afirman y son constructivos, de valor, de frescor, de dominio de la vida.

  Tenemos que darnos cuenta de que si emitimos pensamientos de amor, recibimos también fuerzas de amor. A través de ello alcanzamos crecimiento interno, y la alegría y la paz penetran en nosotros. Si nos esforzamos en pensar de forma positiva y en cosas buenas, si ponemos amor en nuestros pensamientos y sentimos sólo lo que es amor, si hablamos sólo lo que es positivo despierta entonces lo que es bueno y necesario, pues lo que emitimos en vibraciones, regresa de nuevo a nosotros. Pues la fuerza del amor es una fuerza poderosa que dormita en cada uno de nosotros y se vuelve activa tan pronto como nos dirigimos a ella en pensamientos. De la publicación: “Con Dios es más fácil vivir”   El Estado facilita la labor social de entidades que generan un importante ahorro al erario.