Política y economía

20/02/2015 - 23:00 Pedro Villaverde Martínez

Que mala prensa suele tener la política! Y más de uno dirá que por algo será. Nosotros, después de habernos leído el mito de Prometeo, estamos más convencidos, si cabe, de que el arte político, no sólo es conveniente sino incluso necesario. La cuestión está en cómo se hace uso de la política y ahí entran en juego los políticos. Políticos en principio somos todos, pero es lógico que se ocupen de la cosa pública sólo unos pocos. ¿qué tiene el poder político para que haya tanta pugna por conseguirlo, incluso por los medios que sea? Porque a nadie se le escapa que se miente o no se dice verdad si no conviene, que se dice lo que los demás quieren escuchar para ganar su voto. Pero pasemos a la economía que tan mal anda en estos tiempos. No hay día en que las malas noticias no se superen. Cuando parece arreglarse algo, de palabra claro, o por decreto, se estropea otra cosa. Las intervenciones del gobierno y de los restantes políticos tal vez sean buenas, pero ¿será suficiente? Y si la economía va mal, mal va una de las cosas más importantes para todos. Y es el momento de mirar a nuestros políticos y exigirles soluciones. Que pongan en el tema tanto interés al menos como ponen en conseguir el poder. A ellos corresponde poner o tomar medidas para reconducir la situación, aunque a todos toque arrimar el hombro. Llevamos ya bastantes años de democracia pero tal vez no hayamos aprendido a ser verdaderos demócratas. La gente, o sea todos, o una gran mayoría parece que vivamos peor. Y no podemos decir que la Democracia no sea la mejor forma de gobierno… pues las hay peores. Cada cual tiene sus opiniones al respecto y puede que sean muy distintas, pero hay seguramente una mayoría que no está a gusto no con la Democracia sino con la manera de gobernar en ella. Demasiado revueltos parecen estos tiempos en que en vez de decir que yo lo haría mejor se dice que tú lo haces mal… pero lo importante es que quien gobierna demuestre de verdad en qué mejora su forma de gobernar. Tantas cosas se oyen… que el gobernado acaba dudando si hay alguna que sea capaz de hacerlo bien. Y no queremos ser pesimistas. Puede que, como dijo alguien, el optimista cree en los demás y el pesimista sólo cree en sí mismo.Â