Políticos y vacaciones

21/08/2012 - 00:00 Redacción


Una de las mayores preocupaciones de los españoles, según los barómetros de opinión, es el descrédito o la falta de confianza que tiene en los políticos. La mayor parte de los ciudadanos contestan a cualquier comentario sobre recortes con la expresión “que se rebajen los políticos”. La fama es de ganar mucho y trabajar poco o sin eficiencia y el malestar con su gestión en general, sean de una u otra formación, es notoria y justificada en gran parte a tenor de los resultados en la calidad de vida o bienestar de los gobernados. Sin embargo, aún siendo seguramente mucho lo que se debiera reformar respecto a su situación, en cuanto a dietas, gastos que conllevan, incluso número de los mismos, también es justo reconocer que están en numerosos lugares representando a sus administraciones mientras el resto de mortales veranean y disfrutan.

  Procesiones, festejos taurinos, conciertos… por las más variadas localidades de la geografía provincial completan una apretada agenda de trabajo. Aunque muchos pueden pensar que es diversión y como se dice, “les gusta pintarla”, es también verdad que su presencia realza esos actos, muchos declarados de Interés Turístico y que son posible, en gran parte, gracias al dinero público. Sin duda serán numerosos los que se vean atraídos por el agasajo que reciben de sus ciudadanos y de las autoridades locales, pero es de reconocer que lo pasen bien o mejor están dedicando su tiempo en lugar de bañarse en alguna playa o perderse en las montañas a saborear las vacaciones que pide el cuerpo en estas fechas.

 Ninguno, al menos los máximos representantes públicos tienen tantos días completos sin ningún compromiso como el resto de los trabajadores, además de ser requeridos por muchos asuntos sin tener consideración sobre si están o no descansando, que lo necesitarán como cada cual. Por tanto vaya nuestro reconocimiento a esa labor de políticos que tanto en el gobierno como en la oposición- más difícil todavía- ‘patean’ en estas fechas nuestros pueblos, saludan a sus vecinos, y asisten a los actos más representativos de sus fiestas. Repetimos, eso forma parte de sus obligaciones y muchas veces lo harán sin apetencia por simple responsabilidad.